El Marco de Coordinación, la alianza de partidos chiíes iraquíes liderada por formaciones proiraníes rival del movimiento del clérigo Muqtada al Sadr, lo acusó de planear un golpe de Estado y llamó a manifestarse este lunes contra la toma del Parlamento por parte de sus seguidores.
«Los recientes acontecimientos amenazan con planear un golpe sospechoso, secuestrar el Estado, cancelar su legitimidad, insultar sus instituciones constitucionales y abolir el proceso democrático», aseguró la coalición en un comunicado.
La nota incluyó una convocatoria para «manifestarse pacíficamente en defensa del Estado» junto a la Zona Verde, el área fortificada del centro de Bagdad donde se encuentra el Parlamento, tomado desde el sábado por miles de seguidores de Al Sadr.
Esta fue la segunda irrupción de los sadristas en el legislativo desde el miércoles, cuando ocuparon durante unas tres horas su sede tras difundirse la noticia de que el Marco de Coordinación iba a convocar una sesión para elegir a su candidato a presidente, paso previo a la formación de Gobierno.
Los simpatizantes del clérigo chií se oponen al candidato a primer ministro propuesto por el Marco, el exministro Mohamed Shia al Sudani, promovido por el antiguo primer ministro Nuri al Maliki (2006-2014), el gran rival político de Al Sadr entre la población chií, la rama del islam mayoritaria en Irak.
Al Sadr ha calificado la protesta de sus simpatizantes como «revolución espontánea y pacífica» y conminó a sus fieles a continuar para lograr reformas políticas, constitucionales y electorales.
Su Bloque Sadrista ganó las elecciones legislativas del pasado octubre con 73 escaños en un fragmentado Parlamento de 329, pero su líder les ordenó renunciar en junio después de que los congresistas del Marco de Coordinación bloquearan la votación para elegir al nuevo presidente en varias ocasiones con su ausencia, propiciando así una falta de cuórum.
Tras la retirada de los sadristas, los partidos proiraníes se hicieron con la mayoría de sus puestos y hace unos días eligieron a sus candidatos a la presidencia, que por el sistema sectario establecido tras la caída del dictador Sadam Husein, en 2003, tiene que recaer en un kurdo, y al cargo de primer ministro, que ha de ser un chií.