Las inundaciones provocadas por un ciclón en el sur de Brasil arrasaron casas, dejaron a automovilistas atrapados en sus vehículos y anegaron las calles de varias ciudades, causando al menos 31 muertes y que 1.600 personas se quedaran sin hogar, informaron el miércoles las autoridades.

Más de 60 ciudades han sido afectadas por la tormenta desde el lunes por la noche, y el gobernador del estado Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, dijo que la cifra de muertes es la más alta causada por un fenómeno climático en la región.

En Mucum, una ciudad de unos 50.000 habitantes, los rescatistas hallaron 15 muertos en una misma vivienda. Una vez pasada la tormenta, los residentes descubrieron un sendero de destrucción junto al río, y la mayoría de los edificios arrasados hasta el nivel del suelo. Las imágenes mostraban una oveja colgando de un tendido eléctrico, lo que indicaba lo alto que había subido el agua.

Los equipos de búsqueda y rescate se han centrado en el valle de Taquari, a unos 150 kilómetros (30 millas) al noroeste de la capital del estado, Porto Alegre, donde se registraron la mayoría de las víctimas y los daños. Sin embargo, el miércoles por la mañana se ampliaron los esfuerzos hacia el oeste y se enviaron helicópteros al valle del Río Pardo.

Se prevén más lluvias torrenciales en la región centro-sur del estado, aunque es posible que no afectaran a las zonas más afectadas. Las autoridades mantuvieron el miércoles tres alertas por inundaciones en los ríos Jacui, Cai y Taquari.

Rio Grande do Sul fue azotado por otro ciclón en junio, que mató a 16 personas y causó destrozos en 40 ciudades, muchas de ellas en los alrededores de Porto Alegre.