Las implacables lluvias que han azotado Texas y partes de Luisiana en las últimas semanas han desatado una situación de emergencia, con las aguas creciendo y las inundaciones alcanzando niveles críticos, especialmente en la ciudad de Houston.

El sábado, los barrios de Houston se vieron sumergidos bajo el poder de las intensas lluvias, desencadenando una serie de operaciones de rescate sin precedentes. Más de 400 personas fueron sacadas de sus hogares, techos y vehículos que quedaron atrapados en las turbulentas aguas. En un esfuerzo heroico, equipos de rescate, incluidos los guardas de caza que se aventuraron en lanchas neumáticas, arriesgaron sus vidas para salvar tanto a personas como a animales domésticos.

La magnitud del desastre es tal que incluso quienes viven en áreas más elevadas, como el residente Miguel Flores Jr. del barrio de Kingwood, al noreste de Houston, están preparándose para lo peor, conscientes de que las aguas podrían seguir aumentando.

Aron y Jamie Brown, residentes de la zona, observaron con preocupación cómo el agua amenazaba con inundar su vecindario. Aunque para Aron esta inundación no alcanza la gravedad del huracán Harvey en 2017, las señales de alerta son evidentes, con restaurantes y gasolineras comenzando a sumergirse bajo las crecientes aguas.

Las tormentas del viernes desencadenaron una ola de rescates, con autoridades instando a los residentes a evacuar las zonas bajas ante la inminente llegada de más lluvias y mayores inundaciones.

Según el Servicio Meteorológico Nacional, se espera una pausa temporal en las lluvias, pero la próxima ronda de precipitaciones intensas podría llegar en cualquier momento, manteniendo a la población en estado de alerta.

Estas inundaciones son el resultado de semanas de lluvias torrenciales que han saturado el suelo y llenado los embalses en Texas y partes de Luisiana. La magnitud de las precipitaciones ha sido tal que carreteras y vehículos quedaron parcialmente sumergidos, y algunas viviendas se vieron amenazadas por el avance de las aguas.

Con más de 53 centímetros de lluvia en sólo cinco días en el condado de Liberty, cerca de la ciudad de Splendora, la región se enfrenta a una crisis sin precedentes, mientras los habitantes luchan por sobrevivir a las furias de la naturaleza.