El artista sirio Khaled Dawwa destruyó a la entrada de la ONU en Ginebra una de sus obras para recordar a las decenas de miles de desaparecidos por el conflicto en su país, en presencia de familiares de esas víctimas y con motivo de la celebración este viernes del Día Internacional de las Personas Desaparecidas.
A martillazos y cortes de serrucho, y ayudado por algunos de estos familiares de desaparecidos, Dawwa fue acabando lentamente con su estatua de tres metros de altura en la Plaza de las Naciones de Ginebra, junto a la entrada de la sede europea de la ONU.
Bajo el nombre de «El Rey de los Agujeros», la obra representaba a un hombre de traje sentado en un sillón como símbolo de los dictadores.
La estatua estaba fabricada en yeso, espuma plástica y madera, y el acto, del que se grabaron imágenes para un futuro documental, fue organizado por la coalición Verdad y Justicia, formada por diez organizaciones de supervivientes y familiares de desaparecidos en la guerra civil siria.
«Fabriqué esta pieza en 2021 para un proyecto en París, en materiales frágiles. Con el tiempo fue deshaciéndose y pensé que así se asemejaba a un dictador, a un sistema que nos controla pero que está en ruinas», explicó a EFE el artista, quien fue encarcelado en su país en 2013 y partió al exilio en 2014.
Los familiares de desaparecidos, alrededor de una veintena, posaron junto a la estatua mientras portaban fotografías de sus seres queridos en paradero desconocido. Escribieron algunos mensajes en árabe en el pedestal de la obra y contaron sus testimonios de años de angustia.
«Estoy aquí para recordar que mi padre Ali Mustafá lleva desaparecido más de 11 años por culpa del régimen de Bachar al Asad, mi familia no sabe si está vivo o no», relató a EFE la joven activista siria Wafa Mustafá.
«Esta estatua simboliza a las autoridades, a los sistemas que no nos dan respuestas sobre el paradero de nuestros seres queridos», afirmó la activista, quien recordó que el año pasado la Asamblea General de la ONU aprobó que se creara una institución para la búsqueda de desaparecidos en Siria «y ya es hora de que comience a trabajar».
Mustafá subrayó que algunas ONG cifran en 157.000 los desaparecidos en Siria (entre ellos 137.000 por el régimen de Al Asad), pero matizó que la cifra real seguramente es mucho mayor.
«No tenemos más remedio que seguir creyendo que gente como mi padre sigue viva, no podemos abandonarles», aseguró.
Ahmad Helmi, también presente en el acto en Ginebra, fue él mismo un desaparecido durante parte de los tres años que estuvo detenido por las autoridades sirias entre 2012 y 2015, un tiempo en el que sufrió torturas y sólo pudo ser liberado por la presión de su familia, contó a EFE.
«Sigue habiendo entre los desaparecidos médicos, abogados, campesinos, periodistas, personas que no tienen ningún activismo político», aseguró.