El Gobierno de México presentó el Plan Nacional Hídrico con el objetivo de asegurar el acceso al agua como un derecho humano, impulsar la producción agrícola y sanear importantes cuerpos hídricos como los ríos Lerma, Santiago y Tula. La presidenta Claudia Sheinbaum, durante la conferencia matutina del 21 de noviembre, destacó que este plan incluye la creación del Registro Nacional del Agua para el Bienestar, en colaboración con la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, así como un acuerdo con distritos de riego y consumidores industriales.
El Plan marca un cambio significativo en la visión del agua, que dejará de considerarse como una mercancía y se reconocerá plenamente como un derecho. «Se deja atrás la visión neoliberal, ya iniciada con el expresidente López Obrador, pero con este impulso daremos un paso importante», declaró Sheinbaum.
La estrategia también aboga por el ordenamiento de concesiones de agua, la tecnificación del riego y el desarrollo de proyectos para mejorar la infraestructura de agua potable a nivel nacional. Alicia Bárcena, titular de la Semarnat, explicó que este Plan refleja un cambio de paradigma, pasando de una gestión privatizadora del agua en administraciones anteriores a una gestión centrada en el consumo humano y la sustentabilidad.
Además, el Plan impulsará la productividad agrícola, al permitir la tecnificación del riego en miles de hectáreas, lo que se estima incrementará la productividad agrícola en un 51%. Por su parte, Efraín Morales, director de la Conagua, explicó que el Plan se basa en cuatro ejes: política hídrica y soberanía nacional, justicia en el acceso al agua, mitigación del impacto del cambio climático y gestión transparente de los recursos hídricos.
Este Plan Nacional Hídrico es un paso clave para enfrentar la crisis global del agua y garantizar su disponibilidad para las futuras generaciones.