En su residencia de Nueva Jersey, Eddie Palmieri, leyenda de la salsa y uno de los primeros en fusionar jazz, mambo y chachachá, murió a los 88 años tras una prolongada enfermedad, confirmó su hija Gabriela. El “loco de la salsa” ganó en 1976 el primer Grammy a la música latina y regaló al mundo más de 2 500 conciertos en cinco continentes, redefiniendo el género con su orquesta La Perfecta y discos como El Sonido Nuevo (1966).
Nacido en Harlem en 1936, Palmieri recibió clases de piano desde niño y en la década de los cincuenta pasó de tocar timbales a liderar su propio grupo con el vocalista Joe Quijano. Su innovación llegó con la incorporación de trombones en La Perfecta, creando texturas únicas que dieron paso a clásicos como “Azúcar” (1965) y Vámonos pa’l Monte (1971), obras que catapultaron la salsa a estadios y radios de todo el mundo.
Trayectoria y legado
Eddie Palmieri fue discípulo de Tito Puente y hermano del pianista Charlie Palmieri. Con La Perfecta, y más tarde en solitario, colaboró con Cal Tjader en El Sonido Nuevo y alcanzó su obra maestra en Vámonos pa’l Monte, donde combinó arreglos de jazz con ritmos cubanos y africanos. Más tarde fundó sellos propios y revivió su carrera con álbumes como El Rumbero del Piano (1998).
Innovación rítmica y premios
Palmieri definió su estilo como “fusión del siglo XXI”, basando su sección rítmica en un compás 8/8 africano modificado y superponiendo armonías de jazz. Ganó diez Grammys y fue pionero en el reconocimiento de la música latina dentro de la Academia de la Grabación, logrando la creación de categorías para jazz latino y discos latinos.
Influencia global
Con más de 2 500 presentaciones desde 1974, Palmieri llevó la salsa a Europa, Oceanía y Asia. Su impulso benefició también a la Fania All-Stars y moldeó generaciones de músicos latinos que vieron en su piano una fuerza de huracán detrás de cada solo y descarga.
La partida de Eddie Palmieri cierra un capítulo clave de la música latina: su legado rítmico y su audacia armónica viven en cada trombón, conga y nota de piano que compuso. Su historia invita a explorar cómo la fusión trasciende fronteras y a valorar la innovación como motor cultural.