Autoridades locales investigan un caso de asesinato-suicidio ocurrido en la localidad de Old Greenwich, donde Stein-Erik Soelberg, un hombre con experiencia en el sector tecnológico, habría asesinado a su madre antes de quitarse la vida.
El hecho ha generado atención internacional debido a que Soelberg mantenía una relación frecuente con un chatbot de inteligencia artificial (IA), lo que ha llevado a analistas y expertos a estudiar si esas interacciones influyeron en su salud mental o en el desarrollo del crimen.
Relación con IA bajo análisis
De acuerdo con The Wall Street Journal, las conversaciones entre el sujeto y el sistema conversacional fueron extensas y abordaron temas emocionales delicados. Aunque no hay una conclusión oficial sobre la relación directa entre el chatbot y el crimen, la posibilidad de influencia ha abierto un nuevo debate sobre los límites éticos y los riesgos del uso no supervisado de herramientas basadas en inteligencia artificial.
Investigadores están revisando si el contenido de las conversaciones pudo reforzar pensamientos distorsionados o paranoides que derivaron en los hechos.
Preocupación entre expertos
El caso ha generado inquietud en sectores como la salud mental, la tecnología y la ética. Especialistas advierten que el uso individual de sistemas de IA sin acompañamiento profesional puede representar un riesgo para personas emocionalmente vulnerables.
La falta de regulación en el uso doméstico de estas herramientas ha sido señalada como un área crítica que debe atenderse de forma urgente.
El uso global de IA
Este incidente ocurre mientras las aplicaciones de IA avanzan rápidamente en popularidad en todo el mundo, tanto en ámbitos laborales como personales. La situación refuerza la necesidad de establecer marcos normativos que garanticen un uso seguro, responsable y ético de estas tecnologías.