El gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, disolvió el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ocho meses antes del fin oficial de sus operaciones. La decisión fue confirmada por medios estadounidenses, citando declaraciones de Scott Kupor, director de la Oficina de Gestión de Personal (OPM).
Kupor explicó que DOGE, considerado uno de los proyectos estrella de la administración Trump y que en su momento fue encabezado por el multimillonario Elon Musk, “ya no existe” como entidad centralizada. La mayoría de sus funciones han sido absorbidas por la OPM, aunque aseguró que los principios de eficiencia gubernamental continúan vigentes.
Horas después de la publicación de Reuters, Kupor aclaró en la red social X que, aunque DOGE ya no cuenta con un liderazgo centralizado, sus objetivos siguen presentes: desregulación, eliminación del fraude y despilfarro, remodelación de la plantilla federal y eficiencia como prioridad absoluta.
Durante su gestión en DOGE, Musk impulsó recortes de empleados federales, cierre de agencias, reducción de subvenciones y cancelación de contratos, con el propósito de hacer más eficiente al gobierno. Sin embargo, su rol como asesor especial de Trump generó críticas por posibles conflictos de interés.
El empresario terminó alejándose del proyecto tras una disputa con el presidente estadounidense por el plan fiscal de la administración, al que acusó de provocar un déficit masivo. Aunque posteriormente hubo acercamientos, Musk decidió enfocarse en sus compañías X, Tesla y SpaceX, dejando atrás su participación en el gobierno.
