La delegación mexicana que participó en la vigésimo quinta edición de los Juegos Sordolímpicos, celebrados en Tokio, Japón, llegó a cuatro medallas tras los podios obtenidos por las atletas Freya Nieves y Brenda Sánchez.
Nieves consiguió la plata en su debut en los 400 metros con vallas, al registrar 1:04.88, marca con la que se colocó solo detrás de la representante neutral Viktoriia Aksenova, ganadora con 1:00.74. El bronce fue para la estadounidense Nicole Coopwood, quien cronometró 1:05.67.
En taekwondo, Brenda Sánchez se adjudicó la medalla de bronce en la división de -49 kilogramos después de imponerse 2-0 en repechaje a la turca Beyza Akis. El oro quedó en manos de Madina Satushieva, también atleta neutral, tras derrotar a la uzbeka Dilbar Tojiboeva.
Estas preseas se sumaron a las obtenidas previamente por Lourdes Ponce, bicampeona tras refrendar su título en los 10,000 metros, y por María Isabel Huitrón, quien logró la plata en judo (-48 kg), su tercer metal en la historia de los Juegos Sordolímpicos.
La delegación mexicana compitió con 38 atletas en lugar de los 49 originalmente contemplados, luego de que la Federación Mexicana de Deportes para Sordos no reuniera los recursos suficientes para cubrir todos los viajes. La CONADE priorizó apoyar a quienes tenían mayores posibilidades de medalla, mientras que el resto del equipo debió financiarse por cuenta propia.
