Rafael Márquez quedó perfilado como el encargado de dar continuidad al proyecto deportivo de la Selección Mexicana una vez concluida su participación en la Copa del Mundo de 2026, luego de confirmarse que Javier Aguirre no continuará al frente del combinado nacional. Ante ese escenario, el ex defensor ya comenzó a delinear la estructura de su cuerpo técnico.

Fuentes cercanas al proyecto señalaron que Márquez definió a tres figuras clave para acompañarlo en su nueva etapa como seleccionador. Uno de ellos fue Vidal Paloma, ex director de fuerzas básicas del Atlas y con experiencia en la gestión deportiva de la Liga Deportiva Alajuelense de Costa Rica. A él se sumó Alfredo Talavera, ex guardameta con amplia trayectoria en la Liga MX y pasado como seleccionado nacional.

El tercer nombre fue el de Andrés Guardado, histórico mediocampista del Tricolor, quien tras su retiro inició su preparación como director técnico en España. La intención fue conformar un equipo de trabajo con conocimiento del futbol mexicano, experiencia internacional y liderazgo dentro del vestidor.

Márquez ya contaba con antecedentes como entrenador tras su paso por el Barcelona B, equipo al que dirigió en 82 encuentros y con el que estuvo cerca de lograr el ascenso a la Segunda División del futbol español. Con ese respaldo, el ex capitán asumió el reto más importante de su carrera en los banquillos, con la mira puesta en el Mundial de 2030.