En las últimas décadas el crecimiento de las llamadas zonas metropolitanas ha detonado de tal manera que según las más recientes estadísticas, en México existen por lo menos 59 zonas metropolitanas integradas por 367 municipios, de los cuales 263 son municipios centrales, 43 son exteriores definidos con base en criterios estadísticos y geográficos, y, finalmente, 61 municipios exteriores definidos con base en criterios de planeación y política urbana. Estas 59 zonas metropolitanas representan el 56.8 por ciento de la población nacional, con 63.8 millones de habitantes.

Estas cifras nos revelan la importancia en cuanto a concentración poblacional, económica, comercial, educativa, social, habitacional e incluso política que tienen para el país estas zonas llamadas metropolitanas.

Puebla y Tlaxcala comparten una de las más importantes de México. La cuarta en relevancia poblacional únicamente después de las zonas del Valle de México, Guadalajara y Monterrey. Está compuesta por 39 municipios, 19 de ellos del estado de Puebla y 20 de Tlaxcala. Y es la segunda posición dentro del sistema megalopolitano de la Ciudad de México y es nodo de articulación estratégico entre las grandes regiones del centro del país y sur-sureste.

La posición geográfica de estos dos importantes estados de la República la hace estratégica para rubros como el comercio, la educación en niveles superiores y la industria.

En la actualidad esta zona metropolitana está consolidada como centro industrial predominantemente automotriz; además es proveedora regional relevante de servicios profesionales, financieros, turísticos y de educación superior. Esto se debe a que las ventajas comparativas de localización tradicionales se han traducido en ventajas competitivas, dentro de un territorio vinculado cada vez más con el mundo global.

No obstante, resulta fundamental y determinante que los gobiernos estatales y municipales que integran la zona interestatal, logren construir consensos básicos para el ordenamiento metropolitano, que resulta urgente para garantizar el aprovechamiento de las ventajas competitivas de la zona.

Por tal motivo he impulsado un acuerdo ante el pleno del Congreso del Estado para exhortar al Gobernador del Estado con el propósito de que instruya al titular de la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial, para que, en coordinación con la Secretaría General de Gobierno, realicen todas las gestiones encaminadas a crear conjuntamente con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano Secretaria, el Gobierno del Estado de Tlaxcala y los Municipios tanto del estado de Tlaxcala como los del estado que conforman la Zona Metropolitana Puebla-Tlaxcala, una comisión de ordenamiento de la zona.

Esta comisión deberá tener un carácter permanente y deberá estar integrada por un representante de cada entidad federativa y de cada municipio que forme parte de la zona, así como un representante de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, quien lo presidirá y que funcione como mecanismo de coordinación institucional y de concertación de acciones e inversiones con los sectores social y privado. Otorgándole facultades a esta comisión interestatal para formular y aprobar el programa de ordenación de la Zona Metropolitana, así como de gestionar y evaluar su cumplimiento.

La creación de estos mecanismos contribuirá, sin duda, al fortalecimiento no solo de las relaciones estatales, sino que generaría un beneficio directo a un zona de constante crecimiento y desarrollo en rubros determinantes para la sociedad.