México culminó este lunes el luto nacional de tres días decretado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en honor a las 91.895 personas fallecidas de covid-19 en el país y con motivo del Día de Muertos, que este año estuvo fuertemente marcado por las restricciones sanitarias.

Las tres jornadas de luto, durante las cuales se cancelaron los eventos oficiales y las banderas de México ondearon a media asta, concluyeron con una ceremonia tradicional wixárika, pueblo indígena del occidente del país, en el Palacio Nacional.

Esta es la primera ocasión en la que se decreta luto nacional desde los sismos acontecidos en septiembre 2017, que dejaron en su conjunto 471 muertos.

El patio de la residencia presidencial fue el escenario de una sincrética ceremonia de raíces indígenas y católicas durante la cual se hizo una oración entre incenso, tabaco, velas, flores y bailes.

López Obrador anunció el pasado martes que durante las festividades del Día de Muertos, que se celebran entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre, se decretaría luto nacional porque «es mucho el dolor» que ha provocado la covid-19, la cual ya acumula 91.895 decesos y 929.392 casos confirmados en el país.

El mandatario recordó que detrás de los números hay «personas y mucha tristeza en familiares y amigos».

Mientras se cancelaron todos los actos oficiales, el Palacio Nacional se convirtió en la sede del homenaje, donde representantes indígenas levantaron el sábado tradicionales y coloridas ofrendas dedicadas a los fallecidos y las mostraron al presidente.

  • Y el domingo, al caer la noche del 1 al 2 de noviembre, momento cumbre del Día de Muertos, representantes de 20 pueblos indígenas hicieron un emotivo encendido de velas para guiar las almas de los difuntos.