Guinea Ecuatorial intenta recobrar el alienta tras la conmoción provocada por las explosiones del domingo en un cuartel militar de la ciudad de Bata, que han dejado casi cien muertos y más de 600 heridos, mientras los equipos de rescate siguen buscando cuerpos y llega la ayuda humanitaria internacional.

El último parte del Gobierno, emitido a última hora del lunes, contabiliza 98 muertos y 615 heridos, de los que 316 fueron dados de alta en hospitales de Bata, que es la capital continental y económica del país y tiene algo más de 250.000 habitantes.

Sin embargo, esa cifra podría aumentar porque, como declaró hoy a Efe el viceministro de Sanidad, Dámaso Mitoha Ondo’o, «siguen los trabajos de rescate tratando de ver si posiblemente se puede encontrar si hay alguien ya con vida y tratar de ver cuántas víctimas ha habido desde el punto de vista de fallecimientos».

Los efectivos de Protección Civil y el cuerpo de bomberos continúan rastreando el epicentro de las explosiones, que hicieron volar por los aires el arsenal del Cuartel de la Unidad de Intervención Rápida de Enkoantoma, arrasado por los estallidos.

«Siguen sacando cuerpos, los que se quedaron sin sacar ayer son los que se están sacando hoy», aseguraron este martes a Efe fuentes locales que tuvieron acceso a la «zona cero».

«El 80 por ciento (de los cadáveres) se sacó ayer. Se quedaron algunas casas que no se levantaron ayer. La excavadoras están levantado», indicaron esas fuentes bajo condición de anonimato. «Hoy se va a terminar todo porque ya quedan pocas casas», vaticinaron.

En medio de la desolación, los equipos de emergencia pudieron rescatar a «más de 60 personas» este lunes, según el Gobierno de este pequeño país centroafricano de unos 1,3 millones de habitantes, situado en el golfo de Guinea y excolonia española.

El suceso representa un mazazo tremendo para una nación que no ha vivido antes nada igual. «Es una tragedia nacional (…). El país está conmocionado», recalcó el viceministro, quien matizó que, pese al «shock» inicial, «la normalidad está regresando» a Bata.

AYUDA HUMANITARIA INTERNACIONAL

Entre el dolor se está abriendo paso la solidaridad (en las redes sociales se ha popularizado la etiqueta #TodossomosBata) y la ayuda humanitaria que varios países han prometido a Guinea Ecuatorial, como España, Estados Unidos o China.

España envió hoy un avión cargado de material sanitario de primera necesidad para atender a los damnificados por la catástrofe.

El Gobierno español «está comprometido con la población de Guinea Ecuatorial y en concreto con la que ha sufrido las consecuencias de la explosión en Bata», dijo la secretaria de Estado española de Cooperación Internacional, Ángeles Moreno Bau, en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), desde donde partió el vuelo humanitario.

Por eso, agregó Moreno, «hemos querido responder cuanto antes al llamamiento de emergencia de las autoridades ecuatoguineanas».

En declaraciones a Efe, el viceministro ecuatoguineano de Sanidad dijo sentirse «muy complacido de que precisamente sea España el primer país que esté mostrando esa solidaridad».

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también manifestó hoy su apoyo «para gestionar la crisis de víctimas masivas en Bata» y está preparando «envíos de suministros médicos de emergencia y ofreciendo asistencia técnica».

Asimismo, la embajadora de EEUU en Malabo, Susan Stevenson, anunció el despliegue de «un equipo de expertos a Bata» que ayudará al Gobierno en sus «esfuerzos de evaluación y recuperación».

Al margen de la ayuda internacional, la opositora Convergencia para la Democracia Social de Guinea Ecuatorial (CPDS) instó al presidente ecuatoguineano, Tedoro Obiang, a decretar «un luto o duelo nacional de quince días».

El secretario general de CPDS, Andrés Esono, dijo hoy a Efe que «un luto nacional es una formalidad y una necesidad para homenajear a los fallecidos», pero dudó de que ese gesto vaya a unir al país.

«Las divisiones y el malestar por la desastrosa gestión del país, a la que se ha sumado la tragedia de Bata, seguirán existiendo mientras el clan Obiang siga malgobernando el país», aseveró Esono.

El siniestro ocurrió por «la negligencia y descuido de la unidad encargada del cuidado y protección de los depósitos de dinamitas y explosivos anexos al de las municiones del cuartel militar», que se incendiaron por «la quema de las fincas en sus cercanías por los vecinos», admitió el propio Obiang.

Desde su independencia de España en 1968, Guinea Ecuatorial, uno de los principales productores de petróleo de África, está considerada por grupos pro derechos humanos uno de los países más represivos del mundo, debido a las acusaciones de detenciones y torturas de disidentes y a las denuncias de fraudes electorales.

El jefe del Estado, Teodoro Obiang, de 78 años, dirige el país con mano de hierro desde 1979, cuando derrocó a su tío Francisco Macías en un golpe de Estado, y es el presidente que más tiempo lleva en el poder en el mundo.