La vicepresidenta estadounidense y candidata demócrata a la presidencia, Kamala Harris, presentó este viernes las líneas generales de un plan para crear una «economía de oportunidades» en Estados Unidos y se centró en prometer que luchará por reducir el coste de los alimentos y perseguir a empresas que inflan los precios.
«Quiero hablar de construir lo que he llamado la economía de oportunidades», explicó en un evento electoral en Raleigh (Carolina del Norte), donde dijo que hay productores y empresas del sector alimentario que «no siguen las normas» y que si es elegida presidenta los perseguirá.
«Mi principal prioridad es reducir los altos costes donde importan más, en el coste de los alimentos», indicó la vicepresidenta en la primera presentación de su política económica si llega a la Casa Blanca tras las elecciones del 5 de noviembre.
Según Harris, hay empresas «oportunistas» en el sector alimentario que están inflando artificialmente los precios y que aquellos que no siguen las normas «deben rendir cuentas«.
La vicepresidenta señaló que grandes empresas están registrando beneficios récord y «mientras algunas cadenas de supermercados transfieren el ahorro de coste al consumidor, otras no lo hacen».
Su plan en caso de derrotar al republicano Donald Trump (2017-2021) y hacerse con el poder también puso su foco en el sector inmobiliario.
«Como presidenta trabajaré en asociación con la industria para construir los alojamientos que se necesitan, tanto para comprar como para alquilar. Para finales de mi primer mandato acabaremos con la escasez de vivienda de Estados Unidos construyendo tres millones de nuevas casas y alquileres», dijo.
La vicepresidenta y candidata demócrata recordó el esfuerzo que le costó a su familia hacerse con su propia casa: «Mi madre ahorró durante una década para comprarse una. Yo era adolescente cuando ese día llegó finalmente. (…) Cuando sea elegida haré que sea una prioridad rebajar los costes y aumentar la seguridad económica para todos los estadounidenses«.
Su hoja de ruta económica apunta igualmente a los recortes de impuestos.
En concreto, quiere recuperar ayudas fiscales por tener hijos y proporcionar hasta 6.000 dólares en alivio fiscal para las familias de ingresos medios y bajos durante el primer año de vida de sus hijos, y reducir los impuestos hasta en 1.500 dólares para aquellos trabajadores de primera línea que no están criando a un hijo en casa.
Harris también aspira a que los estadounidenses ahorren unos 700 dólares en el pago de su seguro médico.
«Comparen mi plan con lo que Trump quiere hacer. Planea ofrecer a los multimillonarios recortes masivos de impuestos un año tras otro. (…) Para saber de quién se preocupa alguien hay que mirar por quién pelea. Donald Trump lo hace por los multimillonarios y las grandes corporaciones. Yo lucharé para devolver dinero a los estadounidenses trabajadores y de clase media«, concluyó.
El plan que guiará sus eventuales primeros 100 días en el poder estaba ya en el punto de mira por parte de los republicanos, que lo han calificado de comunista.
«Si el Gobierno empieza a fijar los precios, lo que inevitablemente sucede es que el precio se fija por debajo del costo marginal y la oferta se agota. Están inflando el globo (de la inflación) nuevamente. Es una propuesta muy, muy potencialmente dañina», dijo este viernes en un llamada a la prensa quien fuera el presidente del Consejo de Asesores Económicos en la Administración de Trump (2017-2021).
La economía se erige como un tema clave para los votantes y según una encuesta publicada la semana pasada por la emisora NPR y la cadena PBS, los estadounidenses confían más en Trump que en Harris para manejar la economía.
En términos generales, no obstante, la vicepresidenta sigue en cabeza: la media de sondeos realizada por la web FiveThirtyEight apunta que recaba el 46,3 % de las intenciones de voto, 2,6 puntos más que el exmandatario republicano.