Dieciséis farmacias de Uruguay comienzan el miércoles a vender marihuana, el paso final para aplicar una ley de 2013 que hizo de este país el primero en el mundo en regularizar el mercado del cannabis, desde su siembra hasta su venta al público.
Según las últimas cifras oficiales, 4.959 personas se inscribieron para comprar la droga en los comercios. El 70% de los inscritos son hombres y el 60% vive en la capital del país. El 40% tiene entre 30 y 44 años, mientras que el 30% tiene 45 años o más y otro 30% tiene entre 18 y 29.
El Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA) informó que “se dispensarán flores de cannabis —cogollos— envasadas en estado natural, desecadas, sin moler ni prensar” en dos variedades diferentes en “envases de 5 gramos (…) que aseguran la adecuada preservación de las cualidades del cannabis”.
Los envases incluyen una estampilla de seguridad que garantiza su autenticidad y advertencias sobre los efectos de su uso.
El precio del gramo de marihuana fue fijado en el equivalente a 1,30 dólares. Las dos empresas seleccionadas por el gobierno para cultivar la hierba cobrarán 0,90 centavos por gramo y el resto del dinero se repartirá entre las farmacias y el gobierno, que lo usará para financiar programas de prevención.
Cada usuario podrá acceder cada mes a 40 gramos de la sustancia. Para registrarse hay que ser mayor de 18 años y ser ciudadano uruguayo o tener la residencia legal en el país.
Los compradores podrán concurrir a las farmacias sin necesidad de mencionar su nombre ni presentar documentos, ya que la comprobación de que están inscritos en el registro del instituto estatal se realizará mediante un lector de huellas dactilares.
“La información sobre la identidad de la persona en ningún momento será accesible al comercio sino que estará resguardada en el sistema informático del IRCCA”, indicó el instituto.
El Parlamento uruguayo sancionó el 10 de diciembre de 2013 una ley que transformó a Uruguay en el primer país en acometer una regularización de todos los aspectos vinculados al consumo de marihuana. La venta de la hierba en farmacias, el aspecto más polémico de la ley, sufrió numerosas dilaciones.
La norma también habilitó el cultivo personal de cannabis y la formación de clubes cannábicos, dos alternativas que fueron implementadas sin tantas postergaciones. Ya hay 6.948 personas cultivando hasta seis plantas de marihuana de modo legal en su domicilio y se han registrado 63 clubes cannábicos, que tienen entre 15 y 45 socios y hasta 99 plantas.