Con la quema de figuras con personajes como el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump, diablos, brujas y ex presidentes de México como Carlos Salinas de Gortari, en el barrio de El Arbolito se celebró la tradicional quema del Judas.
Luego de asegurar que esta representación es una remembranza de lo que todos hubieran deseado hacer a Judas Iscariote por traicionar a Jesús, César Alarcón Galindo, quien dijo haber heredado de su padre el oficio de peluquero y la organización del evento, en este persiste la posibilidad de que se pierda por la falta de apoyos oficiales, los cuales -afirmó- que a diferencia de años anteriores el gobierno del estado les brindó el apoyo y las facilidades solicitadas.
“Aunque cada vez es más difícil organizarlo por los recursos económicos que implica la compra de las figura, gracias a Dios esta vez contamos con el apoyo del gobierno del estado, lo cual no se había dado en años anteriores lo que de alguna manera causaba desánimo entre los vecinos de la colonia y de diferentes lugares que aportan víveres que se colocan a las figuras, pero eso no deja de tener en riesgo de que se pierda está tradición”.
Alarcón Galindo, aseguró que en este lugar la tradición es que con la quema del Judas al que se le cuelgan desde latas, dulces y diferentes artículos para el hogar, es con la finalidad de que los asistentes no se vayan con las manos vacías por lo que solamente se le colocan algunos fuegos artificiales, para evitar que la celebración pueda ser un riesgo para los asistentes, entre hombres mujeres y niños, que en esos grupos se les permite participar.
“Es por eso que a diferencia de años anteriores como apenas el pasado en que se quemaron de apenas ocho figuras que representan a Judas, esta vez fue alrededor de una docena, de las cuales algunas fueron destinados a las mujeres, otras más a los niños y cuatro para hombres, quienes al final se pueden quedar con los productos entre los que también destacan algunas prendas de vestir”.
A decir de Alarcón Galindo, cada muñeco tiene un costo de alrededor de mil pesos, ya que está diseñado para que después de explotar los fuegos pirotécnicos pueda ser descolgado y destruido para que los asistentes puedan quedarse con los productos con que en su mayoría son comestibles y juguetes para el caso de los menores de edad ya que eso es pare del atractivo.