Tenía un nombre ruso y un apellido italiano, provenía de una familia noble, por lo cual ostentaba el título de conde. Psicoanalista nacido en 1914 y fallecido en 1981. Estudió en la Universidad de Lovaina. Después de la Segunda Guerra Mundial participó en la constitución del Círculo Vienés de Psicología Profunda. Fue profesor de la Universidad de Salzburgo, y viajó por varios países de América latina, impulsando círculos de trabajo sobre el psicoanálisis, entre ellos México, donde participó en la creación del Círculo Psicoanalítico Mexicano (CPM).

Hasta aquí una biografía y una trayectoria profesional destacadas, de una figura reconocida y respetada. En un Seminario sobre la institución analítica en el Círculo Psicoanalítico Mexicano, realizado el 9 de Octubre de 2012, Cynthia del Castillo reveló que en la Segunda Guerra Mundial, Igor Caruso había trabajado en el hospital Am Spiegelgrund  de Viena durante ocho meses, en el año 1942.

El hospital estaba dedicado a los más vulnerables de la sociedad: a los niños discapacitados. Allí Caruso  había realizado evaluaciones sobre el estado psicológico de los niños. Estos informes permitían a los jefes de Caruso decidir el destino de los niños. Muchos de ellos fueron sometidos a crueles experimentos médicos que los llevaron a la muerte, o fueron directamente ejecutados, siguiendo el programa de eutanasia conocido como Aktion T4, organizado por el Dr. Karl Brandt, médico personal de Adolf Hitler.

A partir de la intervención de Cynthia del Castillo, se desató una fuerte polémica en el ámbito académico sobre la actuación de Caruso y su responsabilidad, y también sobre por qué ninguno de los fundadores del CPM que conocieron personalmente a Caruso, mencionaron el tema. Como tantos debates académicos, difícilmente trascendió de un grupo interesado en el tema, aunque se publicaron artículos y al menos un libro (“Igor Caruso, nazismo y eutanasia”, de Fernando M. González), que analizaban desde distintos enfoques la actuación de Caruso.

Setecientos ochenta y nueve niños fueron asesinados en el hospital Am Spiegelgrund desde 1940 a 1945. Un procedimiento que se aplicaba en forma generalizada era la encefalografía neumática, una técnica dolorosa y peligrosa que implicaba retirar el líquido cefalorraquídeo lo que permitía la entrada de aire. Se aplicaban entonces rayos X. Todo este procedimiento era previo a las investigaciones que se realizaban después de la muerte de los niños. Doscientos cerebros fueron conservados en formol para tal fin, y sólo en una fecha tan tardía como 2002 los restos de los niños fueron sepultados en una ceremonia privada en el área de víctimas del nazismo, en el cementerio de Viena. En 1946 el director del hospital, Ernst Illing, médico psiquiatra, fue condenado a muerte como criminal de guerra y ejecutado en la horca. ¿Podía Igor Caruso haber ignorado lo que pasaba?

 

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