Sin importar si se es hombre o mujer, ahora que está muy de moda la paridad y la equidad de género, nadie escapa a la tentación de faltar a la transparencia y hacer cosas en su propio beneficio y si es posible por quienes le rodean, un empoderamiento mal entendido.

Ejemplos puede haber cientos o miles, pero uno de los más recientes es el que protagoniza la presidenta municipal de extracción panista de Apan, María Antonieta de los Ángeles Anaya, quien de acuerdo con algunos de sus vecinos y allegados, comentaron a de Buena Fuente, que al buscar el voto popular generó muchas expectativas, hizo muchas propuestas y hasta ofreció hacer una auditoría contra la administración que dejaba el cargo.

Finalmente y más pronto de lo que se esperaba cayó en peores condiciones, y se asegura que por su municipio no ha hecho nada, aunque su estatus económico es lo que más se ha notado y destacado. Porque se asegura que además de no hacer nada por sus gobernados y de tenerlos más que sorprendidos precisamente por su falta de capacidad para trabajar y gobernar, pero no así para subirse el suelo en más de 25 mil pesos comparado con su antecesor, ya que gana alrededor de 80 mil pesos al mes.

Todo parece indicar que esa es la única postura que defenderá aunque, corre el riego de tener que regresar recursos que de forma ilegal se incrementó por el arduo trabajo de haber llegado a la alcaldía, solamente para demostrar que ella es la que manda y la que decide ni más ni menos.

Ahora en ese municipio del Altiplano se preguntan si después alguien llegará con la misma propuesta de hacerle una auditoría, sin que sea la Auditoría Superior del Estado, porque esa ya la investiga, o simple y sencillamente va a caer en lo mismo, sin importar el partido que los abandere, porque otra de las cosas que han quedado más que demostradas, es que para llegar a un cargo de principalmente de elección popular no se trata de filiaciones colores partidistas o ideologías, sino de personas que tienen miras personales, porque de lo contrario no saltarían de un partido a otro, ya que esa es una de sus principales características.

Otro de los casos, es el de la titular del Instituto Estatal Electoral, Guillermina Vázquez, que a falta de humildad y exceso de soberbia y empoderamiento mal entendido, está por designarse en el área de comunicación social del IEEH a una persona con humildad, conciliación ganas de trabajar y diálogo para dotar a la funcionara electoral de humildad.

Y aunque no se descarta que lo escrito sea motivo de una denuncia por parte de la susodicha, ya que es por lo que más ha destacado en las últimas fechas, al actuar y tomar decisiones con el hígado, simple y sencillamente. Ahora se afirma que tendrá a su lado a toda persona que tendrá que corregir las fallas que comete la consejera presidenta, respecto al trato con los representantes de los medios de información, que han perdido hasta el interés por acercarse siquiera.