El investigador y ex catedrático de la Universidad estatal Francisco Patiño Cardona, presento los argumentos científicos por los cuales afirmó que no se deben mover de Pachuca a Epazoyucan los jales o residuos de las minas, al afirmar que contienen grandes cantidades de metales pesados como arsénico y plomo.
De acuerdo con Patiño Cardona, ante las constantes inconformidades de los habitantes de Epazoyucan, ante el inminente traslado de los residuos de las minas, como investigador se dio la tarea de realizar una serie de estudios que arrojaron como resultado que sería criminal para la población la movilización de los jales, ello por el alto contenido de metales principalmente plomo y cianuro que en el caso de este último pueden causar graves daños a la salud.
“Se practicaron estudios a los desechos mineros y se detectó, que existe una alta concentración sobre todo de arsénico y plomo superiores a los permitidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que puede traducirse en un problema grave de contaminación y salud, por lo que consideramos que sería criminal que el Gobierno permita el traslado de los jales de Pachuca y Mineral de la Reforma a Epazoyucan debido a los altos niveles de cadmio, arsénico y plomo que presentan”.
Así también insistió en que se debe hacer caso a las opciones presentadas con anterioridad para aprovechar las dos mil hectáreas en donde se encuentran estos jales como es la extracción de minerales como oro y plata sin moverlos del lugar, a través de la utilización de tiosulfatos, fabricación de block, además de convertir estos lugares en áreas verdes.
“Lo que se pretende con estos datos científicos es que quede contundente el problema de fondo y de que aquí no hay como en la plática que todo mundo se pone hablar, y dicen tonterías sin fundamento, y aquí de manera científica se está mostrando el problema que tienen los pachuqueños y que podría ser llevado a los habitantes de Epazoyucan y municipios aledaños”.
De igual manera el investigador quien estuvo acompañado por integrantes del denominado Movimiento por la Tierra de Epazoyucan, coincidió con los mismos en el sentido de que hasta el momento nadie ha dado “la cara”, ni siquiera la minera, para poder refutar lo que se ha dicho contra la movilización de los jales ya que por sí solo su traslado puede ocasionar problemas de salud.