En lo que va del año, las remesas de hidalguenses en los Estados Unidos a sus familias en la entidad se calculan en 385.86 millones de dólares; según estimaciones del Banco de México (BM) durante el segundo trimestre del año, estas crecieron 0.73 % en comparación con el mismo período del 2016.
Las remesas registradas en el periodo abril-julio 2016 fueron de 201.33 millones de dólares (mdd), mientras que para este mismo periodo pero de 2017 el BM registró 202.8 mdd, lo que representa 1.47 mdd más que el año pasado. Esta cifra se suma a los 183.06 mdd registrados en el primer trimestre del 2017, y muestra el incremento de remesas que mandan los hidalguenses que trabajan en los Estados Unidos de América
Los municipios que más remesas recibieron para este trimestres, son: Ixmiquilpan (24.75 mdd), Pachuca (24 mdd), Tulancingo (23.32 mdd), Actopan (15.15 mdd), Zimapán (9.01 mdd) y Atotonilco el Grande (6.95 mdd).
Según datos de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), más de 317 mil hidalguenses radican en los Estados Unidos de Norteamérica, principalmente en California, Texas, Florida, Georgia, Carolina del Norte, Arizona, Illinois y Carolina del Sur, y en su mayoría son provenientes de los municipios de Ixmiquilpan, Pacula, Huasca, Nicolás Flores, Jacala, La Misión, Pisaflores, Cardonal, Tecozautla, Zimapán, Tlahuiltepa, Acatlán y Atotonilco el Grande.
La Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) a través de la Dirección de Atención a Migrantes mantiene constante monitoreo del comportamiento migratorio de los hidalguenses en los Estados Unidos y como parte de esa atención, el titular de esta dependencia, Daniel Rolando Jiménez Rojo, ha reforzado las medidas en favor de este sector de la población, tanto con acciones en la Dirección de Atención a Migrantes, como en el interior del estado y fuera de las fronteras mexicanas, tal y como sucedió con la Feria de Documentación que el mes pasado se realizó en el estado de Florida.
Asimismo, comentó que es prioridad del gobernador impulsar a las y los migrantes hidalguenses, ya sea que se encuentren fuera de nuestras fronteras o que hayan retornado al estado, y que los recursos que estas personas envían a sus familias, sean factor transformador para sus comunidades, y que con ello puedan acceder a programas federales, estatales y municipales.