El cobro por el abasto de agua potable a instituciones educativas, ya sean de educación básica, media superior o superior, es anticonstitucional y un ataque a la educación pública mexicana, afirmó el presidente del Patronato Universitario de la UAEH, Gerardo Sosa Castelán.
Al subrayar que la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) no tiene ningún pago pendiente con la Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas Intermunicipales (Caasim), Sosa Castelán subrayó que la institución no reconoce ninguna deuda “porque somos una institución educativa, no una empresa”.
Abundó y dijo que “tenemos un decreto que nos autoriza que no tenemos que pagar nada a Caasim, y ese decreto lo firmó el Congreso; eso lo vamos a aclarar en su momento”, aseguró.
Ni agua, ni predial
Sosa Castelán negó también que se tenga obligación de pagar Impuesto Predial, “pues la universidad no es una empresa con fines de lucro, y no puede estar pagando recursos como si fuera una empresa”.
Cuestionado al respecto, el presidente del Patronato Universitario, calificó de injusticia el que se reclamen estos pagos a la universidad, cuando no se cobran a la empresa Tuzos del Pachuca.
Esa, dijo, “es una empresa y tiene que pagar impuestos; si se los condonan es porque tienen algún interés. Nosotros no somos una empresa, si lo fuéramos, si estuviéramos ganando dinero, entonces sí tendríamos que pagar con el estatus fiscal de una empresa”.
Y no sólo una injusticia, consideró, sino también un ataque directo a la educación pública mexicana, pues “hoy en día todos están buscando cómo fortalecer la educación privada y a la educación pública se le está dejando a un lado”.
En la UAEH, dijo, “estamos peleando por la educación pública en México y en este caso por la universidad, que ofrece educación pública”.
Lo que preocupa es el presupuesto
Sosa Castelán desdeñó sin embargo estos temas y dijo que lo que realmente preocupa a la UAEH “es el presupuesto, que no nos lo han entregado”.
Cuestionado sobre si todos estos cobros y retrasos en la entrega de recursos pudiera tener un trasfondo político, Sosa Castelán señaló con firmeza que “yo espero que no”.