De 80 mil pesos resultó ser la multa aplicada por la delegación de la Profeco al Hotel Independencia por el uso de extranjerismos como “check-in” (entrada), “check-out” (salida) y “pax” (persona), en un hecho sin precedente en la hotelería no solo local, sino nacional, informó la presidenta de la Asociación de Hoteles y Moteles en Hidalgo, María del Ángel Sánchez Lazcano.
Sanción económica “excesiva e injusta”, que originó ya drásticas acciones por parte de los abogados del hotel, de la asociación hotelera en Hidalgo y la asociación a nivel nacional, como un llamado de alerta a la hotelería de todo el país y una queja formal de la asociación nacional al procurador Federal del Consumidor, Rogelio Cerda Pérez, quien prácticamente apenas llega al organismo y ya es recibido con esta queja.
En conferencia de prensa, la empresaria hotelera informó que el viernes anterior llegó al hotel la resolución de la delegación de la Profeco con la multa citada, pero también con una serie de errores que de inmediato fueron detectados por los abogados de la empresa, los que presentarán el recurso correspondiente esperando “la nulidad lisa y llana” por parte del organismo.
De no ocurrir así, se informó, procederán entonces los abogados al presentar el caso ante el Tribunal Fiscal Administrativo.
“Contamos con todo el apoyo de la Asociación Nacional de Hoteles y Moteles y de las delegaciones de la asociación en el país”, subrayó Sánchez Lazcano. “Vamos a recurrir a cuantas instancias legales sean necesarias para evitar esta injusticia e ilegalidad”.
Destacó que la delegación de la Profeco fundamentó la multa “que porque no se presentó el recurso de inconformidad en tiempo y forma, pero nosotros tenemos la documentación firmada y sellada de recibido, que demuestra lo contrario”.
El caso inició el pasado 8 de junio, cuando se presentó el verificador Gonzalo Trejo a ese hotel para investigar una queja presentada vía internet por una persona que argumentaba que no le fue respetada una reservación.
Al demostrársele, con pruebas, que dicha falta no existió, “el verificador se puso a observar nuestras oficinas encontrando que teníamos palabras en inglés, mundialmente utilizadas en la hotelería, por lo que procedió a colocar sellos de Suspensión de Actividades”. En dichos sellos se escribió que la suspensión obedecía a que el hotel había puesto en riesgo la seguridad, bienestar y economía de sus clientes.