La transparencia gubernamental no debe medirse sólo de claridad en montos de recursos asignados, concursados, aplicados; debe ir mucho más allá, en que los resultados obtenidos sean los proyectados, evaluados, que se reflejen auténticamente en una mejor calidad de vida de la población.

Así, con toda claridad, lo planteó en Pachuca, hace unos días, el Auditor de Desempeño de la Auditoría Superior de la Federación, Roberto Salcedo Aquino.

Y por si quedaran dudas planteó diversos ejemplos, entre ellos la necesidad de no sólo transparentar lo gastado por el sector salud, sino demostrar que la aplicación de estos recursos redujo realmente los índices de morbilidad y mortalidad.

Es decir, dejar a la vista de todos la efectividad, los resultados que ofrecen los distintos organismos y dependencias gubernamentales que manejan recursos públicos, que administran los impuestos que pagamos los mexicanos.

Indudablemente, un reto mucho más cañón que solamente informar cuánto se recibió y en qué se empleó.

Eso me recuerda que ya desde varios años ya se viene manejando el concepto de “presupuesto en base a resultados”, es decir, subrayaba en su momento el entonces secretario de Finanzas, Aunard de la Rocha, “buscar hacer lo más posible con lo que recibimos”. Pero… “lo más posible” ¿es lo mejor para los hidalguenses, en este caso?

Resulta por demás desalentador el conocer que existen organismos gubernamentales que apenas emplean el 10% por ciento de su presupuesto para obra pública o programas sociales, pues el 90% se destina al pago de salarios de su personal, renta de inmueble, vehículos oficiales, gastos de representación, etcétera.

¿Los resultados que se obtengan con ese 10% impactarán de manera realmente positiva a la población objetivo, a cuántos de ellos y a qué nivel?

Porque resulta ya fastidioso escuchar que se acepta que tenemos un gobierno obeso, un congreso obeso, partidos políticos obesos e instituciones electorales obesas. Duele esa obesidad cuando se contrasta con los índices de pobreza.

Por eso nos llamó la atención el gobierno “de resultados” que ofreció a su llegada el gobernador del estado, Omar Fayad Meneses.

Una política pública que evidentemente ha puesto a trabajar a quienes integran su gobierno, conscientes de que serán evaluados, como ocurre en las empresas privadas, por los resultados que hayan dado, por la efectividad en sus decisiones y, esperemos que así sea, porque esos resultados se traduzcan realmente en mejores condiciones de vida para los hidalguenses.

Roberto Salcedo estuvo en Pachuca invitado por los colegios de Contadoras de México y de Contadoras de Hidalgo, y habló ante un inusitadamente alto auditorio: unos 500 contadores, empresarios y alumnos de carreras profesionales afines.

El auditor ocupa este cargo desde el 2007, cuando fue creada la Auditoría Superior de la Federación.

¿Qué tanto ha impactado en el país, en estos siete años, el contar con este organismo? ¿Cifras concretas que hablen de efectividad y resultados?

 

Esperamos esas respuestas también.

✉️ dolores.michel@gmail.com