Actualmente se ha puesto de moda que todo funcionario tenga que rendir un informe de actividades y aunque en algunos casos o la mayoría de ellos la población no se deja engañar con lo que estos dicen, ya sea en un evento masivo, por medio de mensajes publicitarios, en radio, televisión, medios escritos o lo que se tenga al alcance para promocionar los supuestos beneficios que han logrado.
Para comenzar algunos de los informes, tienen más tintes mediáticos que verdaderamente informativos, porque sin importar el nivel en que estos se presenten llámese autoridad federal, estatal municipal, de delegado, de senador, diputado federal o local, finalmente no dejan convencidos a quienes verdaderamente están dirigidos los beneficios de la labor que deben desempeñar, los informantes quienes en muchos de los casos hasta quieren hacer creer que hacen un favor cuando en realidad es su trabajo.
Tal pareciera, según puntos de vista de politólogos en el estado que todos aquellos que ahora ya tienen la obligación de informar de sus actividades, no lo hacen por convicción, sino para atraer los reflectores hacia su persona, grupo y partido político, ya que la gran mayoría a decir de los especialistas en la materia, los actores políticos o públicos, ven en un informe de labores la oportunidad de hacer creer que se ha cumplido con todas las promesas y propuestas.
Sin embargo hay niveles donde las cifras no solamente de las acciones sino hasta de los montos económicos que se invirtieron ya no convencen casi a nadie, por lo que ahora es más fácil hacer un cambio a la Constitución Política del país, para hacer informes “a modo”, en los que solamente se deja entrar a invitados especiales también, “a modo”, para que en medio de todo un encuentro bien planeado y armado, se diga todo lo que se les pueda ocurrir ya que muy pocos serán los que se atrevan a investigar a fondo y cuestionar.
Pese a todo el informar seguirá como una medida de moda para tratar de convencer a la población de que su delegado, presidente municipal, el gobernador, sus diputados, sus senadores y hasta el presidente de la nación, estas acciones no tienen forma de cambiar ya que incluso se van a tomar en su momento como unos de los medidores de las medidas contra la corrupción que han sido anunciadas con bombo y platillo, pero que de acuerdo con algunos politólogos como Mikel Sarkis Jeitani y Pablo Vargas, es difícil que sea la solución a un problema de tinte cultural entre generaciones y generaciones de mexicanos.
Por cierto, en la semana en curso el gobernador Omar Fayad Meneses presentará ya su primer año de actividades al frente del poder Ejecutivo estatal, para lo cual apenas se va a dar a conocer el día; se dice que el encargado de llevarlo al Congreso será el secretario de gobierno y que después el jefe del ejecutivo estatal dará un mensaje, todo en medio de una total austeridad, bueno eso dicen.