Desde hace cientos de años hay registros que asocian a terremotos con la aparición de luces en el cielo. En general estos fenómenos fueron desestimados por medios científicos por contarse solo con testimonios de observadores. Este fenómeno se constituyó en una parte oscura de la sismología y pocos científicos trabajaron sobre el tema.
No ayudó a impulsar las investigaciones el hecho de que, en ese terreno abandonado por la ciencia, medraran los charlatanes que incluyeron “explicaciones” basadas en ovnis y extraterrestres, a las cuales se han agregado ahora las de tipo seudoreligioso. Sin embargo, el avance tecnológico multiplicó las posibilidades de obtener videos o fotografías y ya no hay duda de la existencia del fenómeno.
Algunas de las observaciones que se han reportado a lo largo de la historia, que se indican a continuación dan una idea de lo extendido del fenómeno.
En el libro del Doctor Félix Sestier “El rayo, de sus formas y sus efectos” (p.169) publicado en 1866, hace mención a un suceso ocurrido el 7 de junio de 1779. Después de un terremoto, varias personas, vieron en la montaña de San Miguel en Bosco, “una gran cantidad de globos luminosos que se elevaban con fuerza desde la tierra hacia el aire y que, por su número prodigioso, se parecía una lluvia de fuego”.
En 1906, a unos 100 km de San Francisco, se avistaron haces de luz sobre la Tierra dos noches antes del terremoto que destruyó la ciudad. En 1988 un globo de color púrpura rosado se movió a través del cielo a lo largo del Río St. Lawrence cerca de Quebec, 11 días antes de un potente terremoto. Un gran número de flashes de luz fueron captados por cámaras de seguridad y reportados por testigos oculares durante el terremoto de magnitud 8.0 en Pisco, Perú, en el año 2007. Se vieron las luces durante el terremoto de Sichuan en China en el año 2008. También se documentaron en el terremoto de Aquila, Italia del 6 de abril del 2009.
Aun con lo impreciso de muchas observaciones, sobre todo de las más antiguas, el fenómeno presenta una notable persistencia en el tiempo. La denominación que ha recibido es “luces de terremoto” (Earthquake lights o EQL por sus siglas en inglés). Aparecen antes o durante un terremoto y algunas veces después. Algunos investigadores han postulado que los procesos mecánicos que preceden a los terremotos generan corrientes eléctricas que serían finalmente las responsables de las luces, pero los procesos mediante los cuales se producen no se conocen.
Los flashes que se observaron y filmaron durante el último terremoto de México, el 7 de septiembre, han sido la última manifestación de este fenómeno. Las investigaciones quizás nos puedan brindar a corto o mediano plazo una explicación sobre las mismas.