Estábamos haciendo el reportaje para el programa de canal 11, Taller de Sexualidad, con el tema «SIDA y nuevos medicamentos» en la sede de un organismo de la sociedad civil que se encargaba, en ese entonces, de buscar y asegurar las medicinas para las personas que se acercaban a ellos.

De entre las y los entrevistados que iban llegando, vi a esa pareja de clase media alta, diferente a las demás que ya estaban en el lugar.

Yo iba preguntando para organizarme: «¿Tú cómo te infectaste?». Ella me respondió: «Por una transfusión sanguínea que le hicieron a mi marido». Los dejé hasta el final, por su aparente caso insignificante, sin imaginarme que sería la mejor entrevista del día.

Ya no había nadie, de momento lo vi palidecer a él y ella resuelta se acercó y me dijo: «No fue una transfusión, te voy a platicar todo porque nunca más nos vamos a volver a ver». Él se acercó con una cortesía exagerada hacia su esposa, pero a esa chaparrita ya nadie la paraba, necesitaba decir todo lo que traía adentro, yo solamente me aseguré con los camarógrafos de que ni su voz ni su imagen se pudieran identificar, pero que fueran suficientemente claras y audibles.

«Yo hice todo lo que se esperaba de mí, cumplí con todo lo que mi mamá me dijo, llegué virgen al matrimonio, me dediqué en cuerpo y alma a mi marido. Luego, cuando llegaron los hijxs aún más, me partí en 20, ¡y no se vale, yo no sabía que el SIDA estaba debajo de mi propia cama, ahí acechándome, y yo no hice nada malo, me llegó sin darme cuenta siquiera!».

«¿Cómo, qué dices?», le pregunté. «¡Mi marido se infectó de SIDA durante una despedida de soltero en Acapulco, no se cuidó ni él mismo ni a mí! ¿Que no pudo decir que no? Ahora es demasiado tarde, nuestras familias no saben nada, en su trabajo no saben nada, y resulta que muy pronto ni él ni yo vamos a estar aquí. ¡Yo no sé qué va a ser de mis hijos, yo no merezco esto!”.

El erotismo es experimentado de manera totalmente diferenciada por hombres y mujeres, es una cuestión de género impuesta. A nosotras se nos enseña a ligar totalmente el erotismo con el amor romántico y se espera absoluta fidelidad; a los hombres no.

Es por esa misma razón que las mujeres vivimos mucha violencia en esta parte de nuestra sexualidad. Relaciones abiertas o técnicas sexuales se tienen que negociar con la pareja y generalmente se imponen, y esa imposición es pura violencia porque entra en el terreno de la desigualdad y la inequidad.

El erotismo es un holón más de la sexualidad. Por erotismo entendemos «los procesos humanos en torno al apetito por la excitación sexual, la excitación misma y el orgasmo, sus resultantes en la calidad placentera de esas vivencias humanas, así como las construcciones mentales alrededor de estas experiencias. El erotismo tiene niveles de manifestación biológica, pero son sus componentes mentales, especialmente en los que se refiere a las representaciones y simbolizaciones, así como a la significación social y su regulación, lo que hacen del erotismo, una característica específicamente humana».

Precisamente porque el erotismo se trata de una experiencia exclusivamente humana, el relato que les acabo de contar es la muestra de una de las más altas traiciones. ¡No se debe exigir lo que no se es capaz de dar, y los hombres deben sacar de la animalidad el erotismo, porque es así cuando violan los derechos humanos de las mujeres!

¡Estoy muy enojada por el asesinato en Puebla de Mara Fernanda Castilla!

 

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