Estas semanas previas a la festividad de Día de Muertos se incrementa la actividad en los municipios de Hidalgo, en donde y pese a la cercanía entre poblados, las actividades tienen características individuales; entre ellas destaca El Xantolo, en la Huasteca, celebración que se prepara a lo largo del año y que atrae año con año a miles de visitantes y turistas locales, nacionales e internacionales.
En tanto, en el comercio se multiplica desde ahora la oferta de artículos propios de esta festividad, desde papel picado, veladoras e incienso, hasta aquellos vinculados a la fiesta de “halloween”, que persiste en planteles de educación Preescolar y Primaria, principalmente.
Festejar el “Día de muetos”, “Todos Santos”, “Fieles difuntos” es una tradición que se preserva principalmente en los pequeños poblados hidalguenses, con la participación de los habitantes, desde niños hasta ancianos, con elementos propios del clima y tradiciones de cada lugar.
Estos festejos son impulsados desde hace unos años como atractivo turístico de cada sitio, que en esos días no sólo ofrece su fiesta sino también lo mejor de su gastronomía, artesanías y sitios turísticos; para la promoción de los mismos desfilan por la Secretaría de Turismo los diferentes comités encargados de organizar los festejos.
Copal, velas, flores, tamales y chocolate
La costumbre de levantar altares se preserva entre familias de Pachuca, las que han comenzado a abastecerse de veladoras, minúsculos braseros para quemar incienso, copal, papel picado, chocolate en barra, una botellita de tequila, hojas de maíz para tamales, jarros y platos de barro, entre otros elementos tradicionales.
Será hasta los días 28 y 29 de octubre cuando se adquirirán la masa,, el pollo, los tomates y el chile, el mole y demás, para llevar al altar los infaltables tamales, las cazuelitas con mole, el chocolate y el café, el pan de dulce, además de las flores frescas y los dulces de azúcar o chocolate con forma de calavera.
Los disfraces de bruja, en 138 pesos los más pequeños
En tanto, en el comercio tradicional y en los supermercados comenzaron a exhibirse los disfraces para los más pequeños, para el festejo del “hallowen”.
Desde ahora se ofrecen disfraces de calabaza, de hombre lobo, brujitas, Frankenstein, y lo más novedoso por la última versión cinematográfica, de Eso, el payaso, con precios que van de los 120 a los 480 pesos la pieza, dependiendo la talla.
Aparecen ya las bolsas con dulces, los “aguinaldos” armados, los vasos y platos desechables con motivos propios de esta fiesta estadounidense, además de máscaras, capas y armas de plástico y hasta “sangre” artificial, para adultos.