Las calacas, calaveras, brujas y espantos en general, se han apoderado de las carreteras, invaden las esquinas, inundan las plazas comerciales y la Central de Abastos, e imponen con su presencia en la Feria de San Francisco.

A dos semanas de celebrarse las festividades de Días de Muertos la venta de artículos conmemorativos de estas fechas se observa por doquier.

En la carretera México-Pachuca captura la atención la  oferta de todo tipo de calaveras multicolores de barro, algunas de ellas con una bruja como sombrero, elaboradas por artesanos de Hidalgo, del Estado de México y Puebla.

En tanto, en la carretera Pachuca-Ciudad Sahagún, a la venta de las calaveras de barro se suma la de artículos como braceritos para la quema de incienso, de metal y barro; redes de araña tejidas en ixtle, sombreros de brujas, “espantabrujas”, redes “atrapa pesadillas”, entre otros.

Igualmente, en las esquinas, los comerciantes de ocasión ofrecen ya calacas móviles para colgar de los espejos retrovisores, calaveras con resorte y chupón, calaveras de azúcar, amaranto o chocolate, pequeñas cazuelas y jarros de barro para el altar, entre otros.

En las plazas comerciales se ofrece una extensa variedad de artículos conmemorativos, principalmente vinculados con el Halloween, que van desde disfraces hasta bolsas con dulces y pasteles “monstruosos”. Obsequiar con paletas y calaveritas de caramelo a los niños que lleguen a tocar la puerta los uno y dos de noviembre, se simplifica con una bolsa de dulces de 126 pesos.

Para quienes gustan de montar un altar en casa, en esas fechas, la visita a la Central de Abastos resulta obligada, pues es posible adquirir, en un solo sitio, desde la media docena de veladoras en caso de cristal decorado en 60 pesos; papel picado en 2 pesos la hoja; una bolsa con copal en 15 pesos, flores de papel en hilo por 30 pesos los tres metros, además de una extensísima variedad de flores.

Incluso aquellos que acuden al Pabellón Artesanal, en la Feria de San Francisco, Pachuca 2017, encuentran las más variadas artesanías elaboradas en barro o fibras naturales que conmemoran a los que han partido, con piezas multicolores y por demás llamativas.

Se multiplican las calaveras de barro decoradas, las calabazas para encender veladoras en su interior, los adornos de mesa, cortinas tejidas a mano, además de la venta de productos como calabaza y camote en dulces, café de grano, chocolate artesanal, etcétera.