Si bien sabemos que los derechos humanos aplican para todas las personas sin distinción alguna, debemos tener claro que las nociones de igualdad y de vulnerabilidad van unidas con éstos. Son consideradas como “personas vulnerables” quienes tienen disminuidas, por distintas razones, sus capacidades para hacer frente a las eventuales violaciones de sus derechos, esa disminución de capacidades va asociada a una condición física o intelectual determinada que permite identificar al individuo como integrante de un colectivo que conocemos como “grupo vulnerable”, dichos integrantes, están en condiciones de clara desigualdad con respecto al resto de la sociedad, lo cual ocurre por ejemplo, con la población indígena en México que, según  la información más reciente, suma más de once millones de habitantes, lo que equivale casi el diez por ciento de la población total del país.

Ahora bien, tomando en consideración que el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 de la Agenda  2030 (adoptada por la Organización de las Naciones Unidas con el propósito de garantizar que todas las personas y los países del mundo alcancen el desarrollo sostenible), se centra en una educación de calidad, fomentando el pleno respeto hacía el uso de la lengua materna en la enseñanza y el aprendizaje y la promoción y preservación de la diversidad lingüística, y atendiendo que una de las riquezas de México es su cultura, resulta de vital importancia que todas las personas indígenas tengan en condiciones de igualdad, acceso al goce y protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales reconocidos por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos así como por los tratados internacionales ratificados por el Estado.

Es necesario decir que pese a todos los adelantos positivos logrados en el establecimiento de normas de derechos humanos tanto a  nivel internacional como nacional, los pueblos indígenas siguen enfrentando graves violaciones cotidianas a esos derechos, todo esto debido al ajetreado ritmo de vida en el que la sociedad se ve inmersa día con día ya que si bien, se busca permanentemente el desarrollo de los menos favorecidos, en ocasiones las acciones que se llevan a  cabo “a su favor” terminan afectándoles o resultando contraproducentes cuando de preservar su identidad se trata, situación que ocurre muy a menudo con las comunidades indígenas y su interacción con una sociedad y un gobierno ansioso de avances, nuevas tecnologías y mejora en la calidad de vida de todos sus ciudadanos, pues no crecen al mismo ritmo.

La importancia de que los pueblos indígenas mantengan su lengua materna estriba principalmente en el hecho de que tienen el derecho a no ser sometidos a una asimilación forzada ni a la destrucción de su cultura, entendiendo que la asimilación es el proceso de integración de un grupo étnico dentro de una comunidad étnica mayor o dominante y que ésta se lleva a cabo mediante la adopción de la cultura, el idioma, la costumbre y la forma de vida de la comunidad, es decir, no podemos obligar a las comunidades indígenas a adoptar formas de vida diferentes de sus costumbres y tradiciones propias.

Por lo que si bien la comunicación es lo que posibilita el desarrollo de la sociedad, esto es lo que se busca en las comunidades indígenas, el obligarlas a una asimilación resulta en detrimento de su identidad cultural y la posible extinción de las lenguas maternas que han existido a lo largo de cientos de años en los pueblos indígenas de nuestro país.

De la misma forma es deber del Estado Mexicano garantizar que, manteniendo su lengua indígena, se incrementen los niveles de escolaridad, favoreciendo la educación bilingüe e intercultural, desarrollando programas educativos de contenido regional que reconozcan la herencia cultural de sus pueblos, basados en su origen étnico, sus hábitos, costumbres, símbolos, formas de vida, sentidos de pertenencia, idiomas y creencias. El artículo 2° de nuestra Constitución, establece que el gobierno, protege a nuestras comunidades y pueblos indígenas, así que debemos respetarlos y ayudarlos para que conserven sus cultura, lengua, costumbres, permitiendo que libremente elijan a sus representantes, autoridades, normas y formas de organización.

Solo así se podrá cumplir con lo que la Declaración de las Naciones Unidas establece sobre los derechos de los pueblos indígenas en el sentido del derecho que tienen de determinar libremente su desarrollo, económico, social y cultural, el cual, es expresado a través de su lengua materna, misma que debe prevalecer para que sea transmitida de generación en generación, manteniendo así la identidad de nuestro país, tan admirado en todo el mundo por la riqueza de sus lenguas y tradiciones.

Siendo tarea de todas y todos el luchar por preservar la identidad cultural de aquellos pueblos indígenas que con su lengua materna nos enseñan que si bien como sociedad debemos evolucionar, nunca debemos perder de vista nuestros orígenes, que son los que nos definen como país.

Por último no me queda más que citar la siguiente expresión que nos regala la lengua náhuatl:

Maka xpinaba klativele titlajtoba momacehualtlajtolmej

«No nos avergoncemos de nuestra lengua indígena».

 

Lic. Ana Laura López Tapia

Visitadora Adjunta de la CDHEH