“Hay muertos que no hacen ruido, y son mayores sus penas”.
La Teoría de la Transición Epidemiológica asocia a la muerte con las condiciones de desarrollo social y económico de las sociedades humanas. Las cuales, bajos sus premisas, pasan de un patrón de mortalidad dominado por padecimientos infectocontagiosos o trasmisibles, que caracteriza a las sociedades con condiciones de vida más deficitarias y mayores tasas de mortalidad; a otro donde son más las muertes asociadas con enfermedades crónicodegenerativas, caso de las sociedades con mejores estándares de desarrollo y menores tasas de mortalidad. Por ello, si bien la muerte no distingue entre pobres y ricos, y eventualmente todos vamos a morir, resulta ser más temprana entre los primeros.
“Al muerto y al consorte, a los tres días no hay quien los soporte”.
Procesos como la urbanización han traído consigo cambios en los factores de riesgo. Si bien hay una diminución en la prevalencia de enfermedades transmisibles debido a las mejoras en nutrición, disponibilidad de vacunas o mejores condiciones de vida en las viviendas. También se observan transformaciones en los estilos de vida, interviniendo factores tales como el nivel educativo de las personas, la diversificación de los tipos de empleo y riesgos en el trabajo, la presencia de accidentes viales, o las agresiones físicas.
“De limpios y tragones están llenos los panteones”.
Conforme a la información correspondiente a 2015, y sin distinguir por edad o sexo, la principal causa de muerte en el estado de Hidalgo son las enfermedades del corazón; en segundo lugar se encuentra la diabetes mellitus y en tercero los tumores malignos. Los accidentes son la cuarta causa de muerte, de estos cerca de la mitad (42.6%) son accidentes de tráfico de vehículos de motor. Le siguen las enfermedades cerebrovasculares y luego las enfermedades del hígado. Entre estas últimas, la enfermedad alcohólica del hígado representa 46%.
“Sobre el muerto las coronas”.
Las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y la insuficiencia renal ocupan sexto y séptimo lugar, respectivamente. A su vez, las afecciones originadas en el período perinatal, así como Influenza y neumonía ocupan noveno y décimo lugar, en ese orden. Otras causas de muerte que destacan son agresiones, desnutrición y otras deficiencias nutricionales, malformaciones congénitas, lesiones auto-infligidas intencionalmente y el síndrome de dependencia del alcohol que ocupan los siguientes lugares hasta llegar al décimo quinto.
“No se puede cargar el muerto y cantar el alabado”.
Si comparamos con la información correspondiente a 2010, las tres primeras causas de muerte conservan la misma posición. Los accidentes, enfermedades cerebrovasculares, las afecciones originadas en el período perinatal y el síndrome de dependencia del alcohol, en cambio, avanzaron una posición. A su vez, los cambios más notables se observan en las agresiones, que pasaron del décimo cuarto lugar al undécimo; y las lesiones auto-infligidas intencionalmente, que se movieron del décimo noveno al décimo cuarto. Lo que indica que la transformación del contexto social comienza a tener mayor relevancia entre las causas de mortalidad, particularmente entre la población joven, pues en México las mayores tasas se observan entre la población de 15 a 29 años.
“Como la muerte de Apango: ni come ni bebe ni va al fandango”.
Para atender tal situación, entre las principales preocupaciones en materia de atención a la salud dentro del Programa Estatal de Desarrollo 2016-2022 se encuentra reforzar las acciones enfocadas a prevenir riesgos asociados con estilos de vida sedentarios y poco saludables. Entre otras se establecen líneas generales para promover la actividad física y mejores prácticas nutricionales, así como prevenir adicciones como tabaquismo y alcoholismo. Dando espacio a otros fenómenos de interés para los estudios demográficos.
“En fin, las Lupes y Pitas, Las Eduwigis y Lalas, Las perfumadas Anitas, Las Julias y las Chuchitas, Tan amantes de las galas; Han de sentir por final, Diciendo <Miren que caso>, El guadañazo fatal, Y liadas como tamal, Verán que llegó su ocaso… Las Romanas y Esperanzas, Las Anastasias famosas, Que son gurbias y muy lanzas Y parecen gatas mansas, Porque son muy labiosas; Todas, todas en montón, Sin poderlo remediar, En llegando la ocasión, Calaveras del montón, En la tumba han de parar” (Imp. de A. Venegas Arroyo, 1913).
Doctor Ignacio César Cruz Islas
Investigador de El Colegio del Estado de Hidalgo