La semana pasada hablaba yo de los roles de género y lo que está sucediendo en Zacualtipán, empiezo ahora por explicar lo que son los estereotipos de género.
Son las acciones, actuaciones y sentimientos adjudicados a las personas, pero de acuerdo a su sexo biológico, así entonces las mujeres, según éstos, somos: débiles, dependientes, sensibles, emocionales e intuitivas.
Los hombres por su parte son: fuertes, independientes, objetivos, decididos y siempre tienen la razón.
Si analiza usted bien, todas éstas características que se describen, son solamente capacidades y posibilidades humanas que no tienen realmente mucho que ver con el ser hombre o mujer, otra cosa es que el sistema lo propicie, aplauda y valore, diferenciado para cada uno de los sexos.
Cuadrar en el cuadrito ínfimo de los roles y estereotipos de género aceptados por cada una de las sociedades, nos limita y mucho como simples seres humanos.
Haga un simple ejercicio, quítele el género a las características recién descritas, únalas y verá que se está describiendo a la humanidad entera. ¿O es que no hay hombres que pueden ser intuitivos, sensibles o emocionales?, conozco varios.
Igualmente conozco mujeres, fuertes, valientes y muy inteligentes, es también importante señalar que a ésas características se le agregan maneras de ser, pensar y sentir, nos cuesta trabajo por eso, aceptar a hombres y mujeres que no cumplen los esquemas, esos esquemas terminan siendo destino obligado.
Hace 32 años, mi familia y yo fuimos sobrevivientes del terremoto en la Ciudad de México, trabajaba en ése entonces en Canal 13, que después se convertiría en TV Azteca, mi jefe y el dirigente sindical hicieron todo lo necesario para que yo accediera entonces a un crédito hipotecario.
Llevé todos los papeles requeridos al INFONAVIT a fin hacer los trámites requeridos, no me faltaba nada, tenía puntos suficientes, nunca había dejado de cotizar, nunca antes había solicitado un crédito, llevaba las firmas requeridas, era una situación de urgencia, en fin.
A pesar de todo, el crédito no me fue otorgado porque no estaba casada y no tenía hijos, me dijeron que si por lo menos estuviera embarazada, accedería a mi derecho, mis compañeros de trabajo me sugerían solicitar a algún médico o médica de confianza un certificado, yo decía que no tenía por qué mentir era mi derecho.
A esto me refiero cuando digo que no cumplirle al sistema con los roles y los estereotipos de género tiene consecuencias y te lo hará pagar.
Si queremos un mundo más equitativo, justo, igualitario y pacífico tenemos que abandonar y para siempre los roles y los estereotipos de género más tradicionales, sobre todo los masculinos que privilegian el abuso, la discriminación, la violencia y la imposición.
Acabo de estar en Cuba en el VII Encuentro Internacional de Masculinidades, ya les platicaré las propuestas que se hicieron.