En Hidalgo hay alrededor de 10 mil pacientes con esquizofrenia, y en el Hospital Psiquiátrico Villa Ocaranza alrededor de 3 mil, reconoció el médico psiquiatra Octavio Ibarra de León, “es una de las patologías más comunes en el hospital y de los más abandonados también por la familia”.
Tal es el abandono de estos pacientes, que están en estado de calle o en estado de encierro, llegando al grado de estar amarrados en casas o en cuartos por el drama que viven las familias de no saber qué hacer con ellos, “es algo en todo el país, no sólo en Hidalgo, es algo general”.
Afirmó que todos los días les llegan a Villa Ocaranza casos nuevos, “es muchísimo, más de lo que nosotros pensamos”.
Vivir con alguien que tiene esquizofrenia no es asunto fácil, cuenta la señora Leonora*, quien durante ocho años convivió en la misma vecindad con un familiar con esta enfermedad, que le trajo complicadas peripecias.
Recuerda que le daba temor y no dejaba ni un segundo solos a sus hijos cerca de su pariente ni podían reírse delante de él, ya que se tornaba muy agresivo porque pensaba que se burlaban de él, cosa que hasta la fecha toda su familia evita hacer.
La esquizofrenia es una enfermedad que, por lo común, causa temor a quienes rodean a un paciente enfermo porque es un padecimiento aún desconocido, y se le ha asociado con reacciones impredecibles y violentas.
Leonora recuerda varias situaciones incómodas, pues alguna vez en un lugar público su joven pariente en ese entonces llevaba un vistoso sombrero que llamó la atención de una persona, quien miraba el sombrero que en verdad era bonito; sin embargo, lejos de tomar la situación con calma o halagadoramente, la respuesta de su familiar fue espetarle al admirador un “qué me vez pendejo”, seguido de palabras altisonantes y amenazadoras que el descontrolado joven profirió de manera inesperada contra la otra persona que no salía de su azoro por la desproporcionada reacción.
De acuerdo con Octavio Ibarra, director de Villa Ocaranza, ubicado en Tolcayuca, la esquizofrenia se define como un trastorno neuropsiquiátrico, cronicodegenerativo que se caracteriza principalmente por alucinaciones y delirios.
Indicó que la esquizofrenia se clasifica en diferentes subtipos, “la más común es la esquizofrenia paranoide, pero también tenemos esquizofrenia de inicio también en la infancia, esquizofrenia desorganizada y esquizofrenia catatónica”.
Hay algunos síntomas o signos de alerta que pueden develar que una persona padece esquizofrenia, como foco rojo a observar, “hay como datos premórbidos, ¿Qué quiere decir premórbido? que podemos estar observando al paciente que tiene características muy comunes antes de que se enfermen, como pacientes que son poco sociables, son muy aislados, tienen poco contacto con las personas”.
“Sí se caracterizan mucho porque son personas que son inteligentes, la mayoría, pero un gran síntoma es que no hay mucha convivencia, o sea, no salen, no van a fiestas, no conviven con los demás”.
Destacó que algo muy importante es la edad, ya que la esquizofrenia se presenta en edades de adultos jóvenes, apareciendo alrededor de los 16 años en adelante, y es más común en el sexo masculino, con una proporción de 4 hombres por una mujer.
Ibarra refirió que el diagnóstico es un poco difícil, porque no hay un estudio clínico ni paraclínico de gabinete que ayude a realizar el diagnóstico, “el diagnóstico es clínico, hay ciertos síntomas y signos que si se agrupan, podemos nosotros hacer un diagnóstico”.
Los síntomas clínicos más claros es que el enfermo empieza a tener alucinaciones de cualquier tipo, sean auditivas y visuales principalmente, y empiezan con ideas delirantes, “una idea delirante es una idea que se sale totalmente de la realidad”.
La familia y el enfermo
Al consultarle cómo deben abordar esta enfermedad las familias, ya que por lo general se tiene la idea de que son pacientes que se tornan agresivos, consideró que es un tema muy importante, “hay que quitar el mito de que un paciente con esquizofrenia es agresivo, esa es una falsedad, no todos los pacientes son agresivos”.
No obstante, precisó, “pueden llegar a ser agresivos cuando su cuadro está muy agudizado porque no reciben un tratamiento pronto; pero un paciente con esquizofrenia, que acude al área pertinente con un psiquiatra para su atención, es una persona que puede estar controlada, porque es una enfermedad cronicodegenerativa, que puede estar muy bien bajo un tratamiento psiquiátrico, es una enfermedad que no tiene cura, sólo es controlable”.
Explicó que lógicamente el cuadro de la enfermedad es difícil de entender porque se está hablando de que el órgano que está enfermo es el cerebro, por lo que es algo muy complejo y se ve reflejado en la conducta de la persona.
En los estados avanzados de la esquizofrenia, el doctor Ibarra reconoció que desafortunadamente las familias no pueden con el enfermo y los abandonan en los hospitales psiquiátricos, “a la fecha que estamos, seguimos luchando para que primero se dé a conocer qué es la esquizofrenia, darle colocación a las familias para que sepan qué es y cómo ayudar a sus pacientes, porque efectivamente, por ser una enfermedad poco entendible, muchas veces los familiares abandonan al paciente, pues por así decirlo, para ya no estar batallando con él”.
Sin embargo, apuntó que cuando la familia se hace responsable, los llevan a consulta y el paciente está medicado de forma rutinaria, ese paciente puede estar en la sociedad y a veces hasta laboralmente son muy productivos, pero siempre y cuando lleven un tratamiento de acuerdo a cómo lo indique el médico psiquiatra.
“Ese es el grave problema, que no dan una continuidad, ven bien al paciente, ya no lo traen a consulta, y se vuelve un círculo vicioso, porque vuelve a recaer, se vuelve a hospitalizar, y entre más los pacientes se hospitalicen, más el paciente se va deteriorando y eso hace más complicado darle la atención y aparte tardan más tiempo en volverse a controlar”.
Por ello, el doctor Ibarra resaltó que es muy importante que cuando llega un paciente de primera vez, concientizar bien a la familia, hablarles de la enfermedad y hablarles de lo importante del tratamiento, para que el paciente no abandone el tratamiento, recaiga y tenga que hospitalizarse.
Aunque regularmente los psicólogos son quienes derivan a los pacientes con esquizofrenia a los psiquiatras, son precisamente los psiquiatras los únicos que pueden atender esta enfermedad, ya que un psicólogo no tiene la facultad de prescribir medicamentos, “estamos hablando de que la esquizofrenia es un trastorno, y todo trastorno necesita un tratamiento farmacológico, o sea, necesita medicarse para que pueda estar bien”.
“Un paciente esquizofrénico debe llevar exclusivamente un tratamiento médico, psiquiátrico, no está indicado un psicólogo”.
Sin embargo, los psicólogos sí entran en esta enfermedad en lo referente a la atención de los familiares, ya que es un padecimiento que produce mucho desgaste, por lo que ellos trabajan explicando qué es la enfermedad y cómo deben abordar al paciente, además de dar un poco de fortaleza a la familia para que no abandonen el tratamiento del paciente.
Sobre el costo del tratamiento, recordó que anteriormente uno de los mayores pretextos era que los tratamientos eran muy caros, pero a través de los años, han surgido más medicamentos, las patentes han perdido vigencia y ya existen más marcas, lo que ha permitido que los precios de estas medicinas sean más accesibles y ya la mayoría de ellos son cubiertos por Seguro Popular, “esto ha ayudado bastante para mayor control y tratamiento de los usuarios”.
Consejos en casos de crisis
Al referirle casos en que los pacientes entran en psicosis o en crisis, citando por ejemplo, que al reírse por otra situación que no los involucre, ellos la tomen a mal y se tornen agresivos, Ibarra apuntó, “recordemos que los pacientes tienen ideas delirantes, y la más común es la esquizofrenia paranoide, por eso se llama paranoide, porque el paciente está pensando que todo mundo está en contra de él, y si ve que alguien se ríe o que alguien se le queda viendo, él (el enfermo) tiene la idea de que esa persona está en contra de él o se está burlando de él”.
“Y es por eso que los pacientes se tornan agresivos, porque tratan de defenderse, no tanto porque sean agresivos, pero si yo estoy escuchando o viendo cosas o sintiendo que todos me van a hacer daño, no hago otra cosa más que defenderme de la gente que yo pienso en ese momento que me quiere lastimar, por eso se ponen agresivos, es una forma de defensión”.
Al doctor Ibarra se le consultó qué hacer en esos casos cuando el paciente se torna agresivo, ya que por lo común, las personas promedio tendemos a tratar de calmar a alguien en estado alterado, pero en estos casos puede no funcionar o resultar contraproducente, a lo cual el especialista recomendó: “de entrada, no contradecirlo, recordemos que él está en su realidad, cosa que no es realidad de nosotros, tenemos que seguirle como que la corriente y nunca contradecirlo, y mucho menos si vemos que está agitado, ni acercarnos, porque vamos a correr el riesgo de que nos lastime”.
Ante esos casos, dijo, hay que guardar estas medidas y tras la crisis, llevar al paciente de inmediato a que lo vea un psiquiatra, porque cuando un paciente está descontrolado necesita una valoración de manera urgente y a veces es necesario hospitalizarlo para que precisamente no dañe a los demás ni se dañe él solo.
Descontrol puede causar tragedias
En esta investigación, se encontró que desafortunadamente en Hidalgo sí se cuentan con casos de crímenes atribuidos a personas con esta enfermedad, quienes en un momento de descontrol, atentaron contra la vida de otras personas, provocando tragedias en el seno familiar.
Tal es el caso de una mujer en el municipio de Huichapan, que en enero del año 2011 atentó contra la vida de sus dos pequeños hijos, porque, según refiere una nota periodística del portal La Policiaca.com, “argumentó que, todavía bastante alterada, escuchaba el aullido de lobos en su cabeza y tenía un miedo incontrolable, por ello su violento comportamiento dentro de su avanzada esquizofrenia”.
El segundo caso, más reciente sucedió hace unos días en el municipio de Tula de Allende, donde un joven de 33 años con esquizofrenia, presuntamente durante un ataque de la enfermedad, acabó con la vida de su madre y de su abuela, y posteriormente se suicidó disparándose con una escopeta, según datos de autoridades y notas de prensa.
Al referirle este tipo de desgracias, en las que los enfermos llegaron a lo último de una agresión, Ibarra consideró que el mayor consejo es que las autoridades volteen a ver a este tipo de pacientes y tenerles la posibilidad de darles un tratamiento.
“Si volteamos a ver hacia afuera, muchos de estos pacientes están indigentes, están incluso con consumo de drogas en la calle, en un abandono total, entonces todo paciente tiene derecho a un tratamiento, a que se le atienda en su momento y no dejarlo que avance tanto hasta que ocasione un daño irreversible”.
Enfatizó que es bien importante que este tipo de información se difunda para que la gente conozca, porque la esquizofrenia está envuelta en muchos mitos y se le tiene mucho estigma, por lo que esos pacientes siguen siendo muy discriminados, pero no solo los que tienen esquizofrenia, sino todos los que tienen enfermedades mentales, “es una enfermedad que requiere la atención adecuada”.
Interrogado sobre qué hacer cuando un paciente con esquizofrenia tiene hijos, indicó, “es bien importante cuando hay un caso de esquizofrenia, la familia tiene que acercarse con los especialistas para recibir orientación de qué hacer; por ejemplo, en el caso de cuando hay niños que están en riesgo, tenemos no que sacarlos de la casa, sino simplemente llevar a la persona que está mal a hospitalizar, para que los niños no corran riesgo, porque en ese momento el paciente tiene que estar hospitalizado y no en su casa, y ya cuando el paciente está estable, tiene derecho a estar con la familia”.
Advirtió que si se tiene un paciente así y no se hace nada, el riesgo está inminente de que en cualquier momento pueda agredir a cualquier miembro de la familia, porque no se detienen con nadie.
Ibarra mencionó que las únicas personas con patologías psiquiátricas que son inimputables ante la ley son los pacientes esquizofrénicos y los pacientes con retraso mental, “porque todo eso lo hacen fuera de su realidad, no lo hacen con afán de matar a nadie, sino están en una situación totalmente fuera de la realidad”.
Avances
A pesar del negro panorama, sí existen casos de éxito en los tratamientos contra esta enfermedad, ya que en los casos de pacientes que son funcionales en la sociedad, hay un tratamiento multidisciplinario, “eso es un éxito, cuando la familia apoya, y la gente se apega a las indicaciones psiquiátricas, el paciente logra una estabilidad en todas las áreas de su vida, tanto personal, familiar, laboral, escolar. Yo creo que de un 100 por ciento, logramos eso en un 25 por ciento de los pacientes”.
También aseguró que la esquizofrenia en niños ha disminuido de manera significativa, y ya es un padecimiento muy poco común, gracias a los cuidados previos que se brindan a las mamás durante el embarazo, pues anteriormente un pequeño con esta enfermedad desafortunadamente tenía un cuadro más dramático que el adulto, un deterioro más rápido y un tiempo de vida muy limitado, pues fallecían por accidentes y descuidos.
“Ha disminuido por el avance significativo de los tratamientos para la esquizofrenia, como ya mucha gente se ha tratado, ha disminuido su inicio en la infancia”.
Corolario
Leonora comparte que luego de esos años de convivir con un enfermo, lo más difícil fue que la mamá de su familiar lo llevara a darle atención, ya que siempre se negó a aceptar que su hijo tenía la condición de esquizofrénico, y tras una grave agresión donde su pareja resultó seriamente lesionada, decidieron alejarse definitivamente de sus parientes.
Como reflexión, el doctor Octavio Ibarra -quien también es paidopsiquiatra-, reconoce que se trata de una enfermedad complicada porque el cerebro es el órgano más complejo que tenemos los seres humanos y es el que está enfermo, “mi reflexión es hacer conciencia sobre la esquizofrenia, a nivel general”.
*Pseudónimo por seguridad