Hoy, la palabra “democracia” se ha vuelto tan común como fundamental en tiempos actuales y es que pocas veces le damos la importancia que requiere o simplemente desconocemos su completo significado.

La democracia es una forma de organización social en la cual, la ciudadanía tiene la titularidad del “poder”, es decir, es una forma de organización del Estado, una forma de convivencia social en la que los miembros de la misma son libres e iguales y donde las decisiones que involucran a la sociedad son adoptadas por el pueblo mismo mediante mecanismos de participación que otorgan legalidad a sus representantes populares, es decir, mediante elecciones.

Desde el ámbito internacional, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha reconocido en diversas ocasiones que la democracia, es la vía idónea para lograr la paz y la seguridad internacionales, el progreso, el desarrollo económico y social, así como el respeto pleno a los derechos humanos, puesto que para la Asamblea General de dicha organización, “la democracia es un valor universal basado en la voluntad libremente expresada de los pueblos de determinar su propio sistema político, económico, social y cultural, y en su participación plena en todos los aspectos de su vida”; esto es, que la democracia está basada en la participación de los individuos en los asuntos de su comunidad y se expresa mediante el voto; de ahí que el derecho a votar resulta relevante para el ámbito de las Naciones Unidas y en general, para la consolidación de los derechos humanos.

En el caso de México, votar es un derecho y éste se ha ido afianzando paulatinamente conforme se han dado diversos avances democráticos, sobre todo en los últimos 25 años con el surgimiento de un sistema electoral que si bien es robusto y altamente complejo, en esencia descansa en el voto ciudadano y en el anhelo de una libre determinación del pueblo.

Por su parte, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), en su artículo 35°, nos habla sobre los derechos del ciudadano, el cual, nos otorga el derecho de votar en las elecciones para elegir a los representantes populares, así como la posibilidad de ser votado para todos los cargos de elección, siempre y cuando se cuente con los requisitos que establezca la ley.

Así, entre más grande sea la participación ciudadana en la toma de decisiones de su comunidad y entre más esté vinculado el pueblo a su gobierno, más se ha de reflejar la pluralidad y la diversidad del país, ampliando la representación de cada sector poblacional en búsqueda del respeto pleno de sus derechos humanos. En otros términos, el fortalecimiento de una cultura democrática en México, contribuye a la progresión de los derechos humanos y su respeto, en tanto que la consolidación de los derechos humanos favorece la construcción de una nación realmente democrática.

En nuestro país, así como en la mayor parte de las sociedades modernas, el sufragio o voto, tiene las características de ser universal, libre, secreto y directo; es derecho y obligación de los ciudadanos votar en las consultas populares sobre temas de trascendencia nacional, en los términos que determine la ley de la materia y en los procesos de participación ciudadana que estén previstos en la legislación correspondiente.

El sufragio se concibe simultáneamente como una prerrogativa y como una obligación del ciudadano. En tanto prerrogativa constituye uno de los derechos políticos fundamentales para que el ciudadano participe en la conformación de los poderes públicos, en su doble calidad de elector y elegible gobernante; como obligación, el voto constituye un deber de ciudadano para con la sociedad de la cual forma parte. Esto es, que en la legislación mexicana, el voto no solamente es un derecho subjetivo de los ciudadanos, sino que confiere una calidad distinta de obligados a todas aquellas personas titulares de tal prerrogativa. Y en el mismo sentido, las obligaciones que también nos menciona el artículo 36° de nuestra Constitución, dice que no son solamente facultades, sino deberes.

El derecho al voto se reconoce para su goce pero al mismo tiempo para cumplir los deberes que apareja, pues el ciudadano que no ejerce su derecho al voto disminuye la legitimidad de la democracia.

 

Lic. Laura Pérez Orta

Visitadora Adjunta de la CDHEH en el CJMEH