Se acerca ya el aniversario de la aparición de la virgen de Guadalupe en el Tepeyac, y se mantiene la tradición de vestir “de inditos” a bebés y niños pequeños, para ser llevados al templo, multiplicándose la oferta de minúsculas prendas de manta y adornos.

En las inmediaciones de la Central de Abastos, en puestos instalados a las salidas de los  supermercados en las plazas comerciales, en los mercados Primero de Mayo y Benito Juárez, y hasta en tiendas especiales de ropa infantil, se multiplica en estos días  los ropajes para los “Juan Dieguitos” y las “Lupitas”.

Además de las camisitas y pantalones de  manta, además de las enaguas y blusas, se multiplica la oferta de huaraches, mecapales  con minúsculos braceros, ollas y jarros, los collares de brillantes colores y sombreros de paja.

Vestir a un “Dieguito” puede costar desde 180 pesos –entre la camisa, el pantalón, el sombrero de paja y los huaraches-, en tallas de entre 6 y 18 meses, en manta burda y decorado a base de pintura. Conforme crecen las tallas se incrementa el precio.

Para vestir a las “Lupitas” el precio es mayor, sobre todo si a la falda se desean añadir fondo y crinolina, y si la blusa va pintada o bordada, si los huaraches son de material sintético o de piel, y el número de collares,  pulseras y demás bisutería, alcanzando un precio promedio de 300 pesos.

Si además las madrinas de las “Lupitas” desean lucirse, pueden comprar también rebozos. muñecas de tela  para cargar y hasta cobertores con la imagen de La Guadalupana.

Es costumbre este la población “presentar en el templo” a los Dieguitos y Lupitas los primeros tres años de  su vida, para agradecer que tanto el embarazo como el parto permitieron vivir al pequeño.