Se ha dicho mucho últimamente sobre cómo las universidades deben preparar a las nuevas generaciones para “empleos que aún no existen”. Muchas escuelas a nivel mundial, en respuesta a esta demanda, han cambiado su enfoque a un modelo de desarrollo de competencias.
Este cambio de enfoque a su vez exige innovación en los procesos de enseñanza aprendizaje. Esta sed de “innovación educativa” ha hecho surgir propuestas interesantes en diversas partes del mundo y en diferentes niveles educativos impulsadas por una amplia variedad de grupos de interés.
Entre estos proponentes de la innovación están los docentes y académicos que desde las aulas mismas están proponiendo nuevas estrategias para que sus alumnos desarrollen competencias demandadas por el futuro mercado laboral.
Algunos de estos profesores también han salido de los salones de clase y hecho suyas tecnologías como el video en línea o las aplicaciones móviles para impulsar la educación. Muchos de estos pioneros son impulsados por sus universidades como es el caso del Tecnológico de Monterrey en México que lo hace a través de su programa Novus.
Por otro lado, es importante mencionar otros importantes impulsores de la innovación educativa: las empresas y los emprendedores que crean bienes y servicios educativos para distribuir en el libre mercado. Para muestra un botón: Coursera es una empresa que ofrece acceso gratuito a miles de clases de universidades de todo el mundo para que cualquiera pueda continuar aprendiendo ¿Cómo gana dinero? A través de la opción de obtener un certificado oficial que requiere una inversión por parte del estudiante.
Hoy en día muchos profesores y proyectos de innovación educativa que han surgido en los salones de clase están buscando transformarse en empresas con propuestas de valor replicables y escalables. Esto con el objetivo de comercializar nuevos productos que ayuden a democratizar el acceso a los nuevos modelos de aprendizaje que sin lugar a dudas contribuirán a formar a los profesionistas en los que recaerá el futuro de la economía, de nuestro país y de la humanidad.
Esteban Sánchez