Mientras que el precio de algunos alimentos tiende a bajar conforme avanza el mes de enero y su famosa Cuesta, como es el caso del pollo, que en algunos expendios como Max Pollo, se vende el kilogramo de pechuga en 45 pesos; otros, como el huevo, se mantienen al alza con un precio que varía entre los 36 y 38 pesos el kilo.
Con la Cuesta de Enero, y una baja sensible en el consumo, el precio de algunos alimentos que se dispararon en noviembre y diciembre, tiende a bajar, aunque otros también, de consumo casi obligado, se mantienen.
Entre los primeros está el pollo, que en expendios de pollo frío se vende en 38 pesos el kilo de pierna y muslo, mientras que en el caso del pollo fresco bajó de 75 a 60 pesos el kilo de pechuga, y la pierna y muslo bajó de 64 a 50 pesos, en promedio.
Sin embargo, hay alimentos que se mantienen “por las nubes”, de acuerdo a las consumidoras, además del huevo, como es el caso de la carne de res de 150 pesos el kilo de maciza; el chicharrón, que se vende entre 140 y 160 pesos el kilo, dependiendo del grosor; los quesos, que alcanzan los 100 pesos el kilo, como el Oaxaca y el panela, así como el pan de dulce, que se vende en promedio en 6.50 pesos la pieza.
“Bajó el jitomate, que se vendía en 24 pesos el kilo, y ahora se consigue en 18, 16 pesos, pero sigue caro; el chile verde, que se vende hasta en 60 pesos”, comentan amas de casa.
También comienzan a bajar de precio, o a venderse “en oferta”, abarrotes como saborizantes de pollo, bolsas de pasta seca para sopa, algunos detergentes “marca propia” en polvo o líquidos, suavizantes de telas y hasta alimento para mascotas.
Pero siguen caros el frijol, que fresco se vende entre 35 y 40 pesos el kilo: la leche, que subió de precio en diciembre –la marca propia de Aurrerá pasó de 14.60 a 16.70 pesos el litro-; el papel sanitario, los champús para el cabello y los jabones, entre otros.
¡A sacar el abrelatas!
Llama la atención el que las latas con tapa “abre fácil” ceden los espacios nuevamente a las latas tradicionales, pero con precios más bajos, por lo que hay que ir rescatando los abrelatas.
Ejemplos de ello son las latas de leche condensada, las que con tapa abre fácil se venden en 17.90 pesos, mientras que las latas tradicionales, que requieren de abrelatas, se comercializan en 15.30 pesos.
O las latas de sardinas, que con abre fácil alcanzan los 27 pesos en marcas de prestigio, pero que con tapa para abrelatas se ofrecen en 23.90 pesos.
Otros alimentos que han vuelto a las tapas tradicionales son marcas de leche evaporada, de chiles en vinagre, de sopas listas para mezclar con leche o agua y servir, y hasta algunas de café de grano.