Durante la Semana del Periodismo en Hidalgo, solo hubo una mesa para que las mujeres periodistas de la entidad hablaran sobre sus experiencias en ésta profesión, ahí estuvo presente mi queridísima amiga Georgina Obregón, una periodista que quiero y respeto mucho.

Por supuesto que se habló ahí de los asesinatos de periodistas en nuestro país, muchas mujeres entre ellos, así es México se ha convertido en uno de los más peligrosos lugares del planeta para el ejercicio del mismo.

Es, literal, el país del revés, cuando en otros lares se premia y se reconoce a las y los periodistas que dan a conocer lo que está mal, la corrupción, el robo por parte de funcionarios públicos y la podredumbre humana como lo que es el crimen organizado y los malos empresarios, acá se nos castiga incluso con la muerte.

Sí a nivel mundial estamos viviendo una crisis civilizatoria que da miedo, en México es excepcionalmente alarmante.

Es necesario entonces señalar, que las mujeres periodistas no solo sufren violencia por dar a conocer aquello que gobernantes ineptos, funcionarios corruptos, empresarios del mal y delincuentes comunes no quieren que se diga de ellos, es decir que cometan sus crímenes con toda impunidad y que todo mundo se quede calladito.

Las mujeres periodistas también sufren violencia, por el hecho de ser mujeres, y la padecen tanto en el ámbito de las fuentes que les toca cubrir, como en las empresas periodísticas y de comunicación, oficiales y privadas.

Un ejemplo, cuando fui directora de noticias en Radio y Televisión de Hidalgo, tuve que cambiar de fuente a una de mis compañeras porque simplemente ya no era posible que desempeñara su trabajo ante el acosos sexual que sufría por parte del funcionario público que encabezaba el sector.

Y de eso hay que hablar, no quedarse calladas, denunciar a los acosadores, aunque sean otros periodistas, eso de que perro no come perro, es más bien una incitación a la impunidad.

Ante ésta misma invitación que hice en éste evento , salió a relucir un caso que relató una compañera reportera, el del Presidente Municipal de Mineral de la Reforma, Raúl Camacho Baños, prepotente y grosero sobre todo con las periodistas.

Puedo entender a Raúl, aquí en este estado tienes que ser priista a fuerzas y si no, tiene consecuencias y si fuiste priista y dejaste al priismo todavía peor, pero no puede ni debe desquitarse con las mujeres, yo le hago aquí un llamado para que encuentre la manera de relacionarse con las periodistas de una manera profesional.

En suma y ante la inquietud que supuso la invitación de airear el tema de la violencia contra las mujeres periodistas en sus mismos sitios de trabajo, salió la propuesta de realizar una campaña de prevención en ésos lugares.

¡No pagarles lo mismo que a los hombres por el mismo trabajo a las mujeres periodistas, es violencia, no hacer una distribución equitativa  de las  cargas de trabajo es violencia, no hacer una carga equitativa de guardias, es violencia, castigarlas porque ellas decidieron realizar un trabajo que se supone sólo deben hacer los hombres, es violencia, no tener una guardería para que las mujeres periodistas puedan dejar a sus hijxs mientras cubren eventos incluso en las madrugadas, es violencia!

Que no se quede en una campaña, ¡de campañas ya estamos hasta el gorro!, pasemos a las acciones inmediatas que les garanticen a ellas una vida libre de violencia, no sólo por ser periodistas sino también por ser mujeres.

 

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