Hay tiempos y momentos que la clase política disfruta, pero hay otros en los que su “lealtad” los obliga a tener que sacrificar cargos y comodidades por los intereses de los partidos a los que se deben.
En estos momentos hay personas, tanto hombres como mujeres, que lo que menos esperaban era tener que dejar lujos y comodidades para tener que salir a las calles a buscar el apoyo ciudadano, ese apoyo que en estos momentos es muy difícil de conseguir dadas las circunstancias de escasa credibilidad en los partidos.
Actualmente hay varios casos de candidatas y candidatos que saben de las pocas posibilidades que tienen de triunfo y que por ello lo que menos esperaban era estar del otro lado por lo que al momento de que les fue informado, lo que en otros tiempos hubiera sido un privilegio, desde el momento en que se les dio la noticia prácticamente estuvieron en un mar de lágrimas y con berrinches hasta el momento en que asimilaron su “suerte”, para salir a realizar su registro.
Otro de los casos de aparente lealtad que se ha conocido hasta el momento entre la clase política es también de una mujer que siempre manifestó su desacuerdo y casi terror por tener que salir a tocar puertas para pedir el voto ciudadano para una candidatura, cuando siempre había realizado recorridos con todas las comodidades y en medio de todo un equipo de colaboradores que preparaban el escenario y solamente tenía que salir a dar la cara como representante de una dependencia.
Pero hay casos peores en los que esa lealtad de la que siempre hablaron exigieron de todos los que los rodeaban ahora parece revertirles todo, porque en lugar de ser las o los titulares de la candidatura saben que se tienen que conformar con un papel de segunda y hasta tercera, además de que por su lealtad al partido que los ha encumbrado tienen que trabajar para otros y no para proyectos y aspiraciones propias, que fue para lo que por varios años trabajaron.
Hay quienes han decidido tener un plan B, por si acaso se ofreciera, por lo que han tenido acercamientos, aparentemente conciliatorios, pero en realidad se dieron para preparar terreno en caso de que en sus partidos se diera una situación como la actual en la que sin darse cuenta aún que la política ha evolucionado hasta por su culpa, saben que posiblemente tengan que tomar una determinación que acabe de un solo golpe con esa lealtad que pregonaron.