El alza en las tarifas del servicio de Taxis en Pachuca, que elevó a 80 pesos una “dejada” del centro de la ciudad a Matilde, 45 pesos del centro a Juan C. Doria y 45 pesos del centro a Villas del Álamo, originó que la demanda del mismo bajara, lo que ha llevado a los choferes a optar por “negociar” las tarifas con los clientes, “con tal de tener trabajo”.
“La chamba de taxista ya no es lo que era antes, cuando te llevabas los 500, hasta mil pesos en quincena, en un solo día. Ahora si consigues 200 pesos para ti, después de gasolina y cuenta, ya la hiciste”, comenta José Antonio “N”, con 26 años en el oficio de “chafirete”.
“Los aumentos en las tarifas nomás terminan afectándonos, porque la demanda de servicio baja… estamos en tiempos en que por cinco pesos la gente prefiere viajar apretujados en el Tuzobus y hasta caminar”, asegura el taxista.
La baja en la demanda del servicio afectó también al taxista Esteban “N”, quien prefiere retirarse a casa “que andar dando vueltas vacío, nomás gastando gasolina, que está carísima”. Él es de los taxistas afortunados que cuenta con un taxi de su propiedad, “y no tengo la presión de pagar una cuenta”.
La demanda en el servicio ha bajado en lugares, incluso, como Plaza Galerías, “donde casi siempre hay mucha gente esperando taxi”.
Negociar tarifas, la estrategia aplicada
Sin embargo, coinciden ambos taxistas, la gente aún rechaza las nuevas tarifas, semanas después de haber entrado en vigor. “Ya no son 35 pesos, ahora son 40, le digo a la cliente, pero al ver que me va a decir que no, prefiero negociarlo y dejarlo en 35, con tal de tener pasaje”, comenta “Toño”.
“Luego si hay gente que abusa, que quiere seguir pagando 35 pesos del centro a Juan C. Doria, y si veo que es por abuso, me voy; ahora que si noto que es una persona que no trae más dinero, pues la llevo… total, en vez de andar vacío”, afirma a su vez Esteban.
Con el alza en las tarifas muchos usuarios vuelven a preguntar “cuanto me cobra por llevarme a…”. “Yo les pregunto que cuánto pagan y si no es muy injusto, los llevo”, asegura Esteban.
Hay clientes muy justos, afirma “Toño”, que aceptan “que ya es muy noche, que de seguro me regreso vacío, y me pagan los 80 pesos a Matilde, pero son los menos.”
Se enfrentan además los taxistas a los “grupos” de clientes que se organizan para pagar una sola dejada, “sobre todo en las mañanas y principalmente señoras que llevan a sus niños a las escuelas. En esos casos sí les cobro lo que marca la tarifa!”, señala Esteban.
Ambos taxistas coinciden en señalar la importancia de que el servicio que ofrecen sea de calidad: “con buena máquina, para no quedarse tirado, un carro limpio, música baja y respeto al pasaje; si quieren platicar, platico, si van callados, me callo también”.