Sin duda las redes sociales se han convertido en una vía de inmediatez de información en muchos ámbitos, ya sea información noticiosa, deportiva, de opinión, de entretenimiento, entre otros; actualmente en cuestión de segundos después de que algo acontece en el mundo, sabemos que esta pasando minuto a minuto.
En los últimos años, tanto al cine como industria como a la crítica especializada, la ha venido a cambiar esta forma de difundir información. Podemos saber al momento el elenco de una película, la elección de tal o cual director o actor, la cancelación o anuncio de nuevos proyectos, entre otras cosas que involucren el quehacer cinematográfico en el mundo.
Pero como todas las herramientas de las que hacemos uso, todo conlleva a saber, en primera, como presentar información a los usuarios; y en segunda, de que forma los usuarios de estas redes deberán replicar y analizar lo que se publica en diferentes plataformas o medios.
¿Y porqué hablo de esto? Estamos a dos días de la edición número 90 de la premiación más famosa e importante en la industria de Hollywood: los Premios Oscar.
Recuerdo algunos comentarios con gente que aprecia el cine y da sus opiniones por Twitter, y les es en ocasiones bastante difícil hablar de tal o cual cinta, sobretodo por la distribución de la misma en México, mientras ellos en su mayoría, son periodistas o comunicadores a los que les apasiona el tema y que pueden ver cintas en festivales, funciones de prensa u otros medios, antes que la audiencia en general.
Tomo de ejemplo la premiación, porque todas las películas nominadas son cintas del año pasado (2017) y de las cuales se viene hablando desde ya hace unos meses.
En mi caso, la última cinta de Luca Guadagnino, “Llámame por tu nombre”, la cual tuve la suerte de ver en el pasado Festival de Cine de Morelia (FICM), trae detrás de ella un sinfín de comentarios de personas que ya la habían podido ver, críticos y prensa mundial, y apenas se estrenó en nuestro país el pasado mes de febrero.
Saco al tema este ejemplo, porque como “mortal” cinéfilo, esta es de las pocas veces que he podido ver por adelantado una cinta, cinta de la cual cuando pude verla en este Festival, no sabía absolutamente nada.
Que quiero decir con esto: no tenia expectativa alguna de la cinta, no me había sobreexpuesto a críticas de otros expertos, no había siquiera visto un avance previo, ¡NADA! Literal, llegué virgen a la sala de cine.
Es aquí donde entro al tema de la inmediatez a la que estamos expuestos en las redes sociales, y al exceso de opiniones, campañas publicitarias, buenos y malos comentarios de lugares donde se estrenó antes que acá, resultando en una terrible saturación que como espectador, resultan tendenciosas evitando que uno se pueda hacer su propio juicio.
Por esto, es divertidamente absurdo ver como esta mezcla de comentarios, aunado a las nulas o altas expectativas hacia una obra, desemboquen en casos tan específicos como la campaña de desprestigio contra el reboot de “Cazafantasmas”, o el injustificado odio hacia el último episodio de Star Wars, o hasta la modificación de proyectos que buscan adaptarse a las exigencias del espectador, como lo fue la última temporada de “Juego de Tronos”.
Si, tal vez estos medios nos permitan estar informados y de forma inmediata para abrir un debate sobre estos productos. Pero la pregunta que yo dejo es: ¿como usuarios tenemos la capacidad argumentativa para valorarlos? ¿tenemos el poder “digital” para olvidar el trabajo de cantidad de personas involucradas en el proyecto para simplemente odiarlas por no coincidir con nuestras expectativas?
¿Tu qué opinas sobre esta relación entre la información cinematográfica en redes sociales? ¡Sigamos la conversación en Twitter: @AlbertoMoolina!