Grandes figuras de la literatura mexicana dejan huella en la generación presente, sus sapiencias van a fecundar en el futuro, entre estos espléndidos es el canónigo Ángel María Garibay Kintana, autor de tres docenas de títulos de literatura, su amplio bagaje cultural la obtiene al hablar los siguientes idiomas: alemán, francés, inglés, italiano y latín. También, dialogó en arameo, griego y hebreo; conocimientos que aprovecha parar realizar algunas traducciones. Además, para ejercer su noble profesión conversó en lenguas nacionales: español, náhuatl y Otomí o ñato del Estado de México.

El interés por la cultura griega recopila los atributos de deidades y super hombres, con el título: La Mitología griega, dioses y héroes, de esta obra extraigo la siguiente frase una motivación para los leyentes, Es el siguiente “El hombre crea lo que no tiene, lo que anhela y no consigue en la realidad, lo transporta al mito… El Que trasmite es el pueblo”. La realidad son hechos constatables, es el entorno social, natural es el contexto familiar y social. El mito es ficción, es leyenda, invención, cuento.

El hombre y mujer inconforme con lo que tiene, con lo que ve, se dan la tarea de proponer lo suyo, por eso se vuelven inventores, creadores de palabras y de obras, son seres dignos a seguir la senda recorrida o bien continuar lo emprendido. Entre estas nobles personas nacidas en el estado de Hidalgo es Ramsés Salanueva Rodríguez, fallecido el 28 de febrero de 2016.

Ramnsés, hombre que no se quedó a contemplar con lo que hay, tampoco gimoteó por la falta de lo que a él le gustó desde niño, por eso, investigó lo referente a la literatura, en especial, la poesía, alimentó su mente con conocimientos y nutrió su espíritu, arte del buen decir y bien hablar.  Se dejo llevar por su sueño con ojos despiertos y logró su objetivo ser un soñador de altura e idealizó el cielo, ensalzó la naturaleza y alabó ese divino ser, que es la mujer: “Persisto en alcanzarte, acorto puentes reduzco precipicios extiendo los brazos para que te afrondes en mí.”

Contempló la naturaleza, con mirada profunda, con el espíritu y destaca lo maravilloso que nos presenta “Anhelamos los atardeceres, los relámpagos, los puentes conocidos; pero en ningún momento sentimos la nostalgia de las palabras arrancarnos la víspera delirante en la selva de la noche.”. El selecto público asistente a la conmemoración escuchó frases vertidas por quienes lo tratamos en el ámbito laboral,  conocidos y coincidentes por la literatura.

Estas palabras y más fueron destacadas en el homenaje que fue rendido en auditorio Miguel Ángel Núñez Soto de la ciudad de Actopan el pasado 14 de febrero pasado por ser día de su nacimiento. Participaron Eduardo González del periódico milenio Hidalgo, Sergio Alarcón Beltrán poeta, editor y Raymundo Isidro Alavez, traductor y escritor, El festejo   fue acompañado por Olaf Hernández Sánchez el Secretario de Cultura de Estado de Hidalgo.   

El pasado 28 de febrero el pueblo ñähñu, pierde la vos de uno de sus cantores que divulgan la escritura y fonología de esta lengua ancestral. La maestra Adela Calva Reyes, señora descontenta consigo misma porque quería trasmitir sus vivencias en la lengua de sus padres, porque padre de sus padres, es decir de sus abuelos:  “ellos eran sabios; veían y observaban el sol, la luna, las estrellas, la noche, el amanecer, la humedad, el viento, las nubes, la lluvia, los relámpagos, la llovizna y que ya sentían los temblores de la tierra y que ellos hasta sabían interpretar del porqué cantaba el gallo, la presencia de los zopilotes, la llegada y la ida de los pájaros, de cuando se va a sentir fuertes calores y tremendas heladas…”.

Esos conocimientos obtenidos por la experiencia y la observación de moradores de San Ildelfonso, Tepeji del Río, la quería trasmitir, pero tuvo un inconveniente no sabía leer y tampoco escribir en su lengua originaria. En sus palabras: “No sé cómo empezar a escribir letras en hñähñu para decir muchas cosas del pensamiento dentro de mis memorias, aquello que vi, que hice, y realice, aquello que escuche y me dijeron”.

Quiebro mi cabeza para penetrar en el más remoto de mis recuerdos, ojalá con ello, pueda realizar mi escritura en hñähñu, aunque no mencione día ni fecha de cuando ocurrieron.  Y así surge el libro Ra hua ra hía, 8alas a la palabra” colección de microrrelatos de la vida cotidiana y de los mensajes cargadas de mensajes de índole moral.

 La virtud de saber escribir en su lengua materna abre la oportunidad de dar clases a niños, jóvenes y adultos con el espíritu inquietos para saber de historia, de técnica y científica. De allí recibe la invitación de Universidad Tecnologica Tula- Tepeji (UTTT) de escribir: “Maga pädihu te’ä ra b’edi ra nanoteknología (Vamos a conocer la nanotecnología).

La primera vez que tuve la oportunidad de entablar conversación con Adela, fue en una pequeña tienda donde expendía indispensable para la comunidad, acudí a la invitación para hablar en el radio instalado en ese alegre pueblo. Ella me comentó que también había sido invitada varias veces para hablar diversos temas, “con la radio la mujer indígena aprendió a comunicar sus sentimientos propios y de las mujeres”.

Adela Calva Reyes se caracterizó por dar lo que recibió, de los que lo conocimos, dio respeto recibió respeto, dio amistad, recibió afecto y sembró inquietud y cosecha reconocimiento. Ángel María Garibay Kintana dice de los próceres de algún área del conocimiento: “Fue un creador individual es el autor. El que trasmite es el pueblo”.

 

Esperemos lo hagan pronto.