Durante muchos años, a la labor de la enfermería se le había visto con ciertos estigmas por parte de algunos sectores, reduciendo a las enfermeras al papel secundario de ser asistentes del doctor, entre otros roles que no corresponden totalmente a la realidad de cerca de 279 mil 414 personas que se dedican a esta profesión en el país, quienes cotidianamente con su trabajo buscan dignificar su profesión.

Actualmente en Hidalgo, la Secretaría de Salud estatal (SSH) impulsa una nueva visión que las empodera, para no ver a las 3 mil 397 enfermeras y enfermeros hidalguenses únicamente como asistentes médicos, si no como personal con capacidad de resolución, el cual además, necesita de la comprensión y el reconocimiento de su labor por parte de la autoridad y de la sociedad.

Ese reconocimiento que busca vindicar una profesión muy noble y necesaria, pero que ha sido maltratada con estereotipos inmerecidos en muchos casos.

Compromiso y heroísmo

Hace apenas unos cuantos años, durante unas jornadas de enfermería que se hicieron en el Hospital Vivo, esa institución organizó una ponencia para la cual invitó a un periodista, en la que se buscaba plantear la imagen que existía de las enfermeras en los medios de comunicación.

Para tal efecto, el periodista preparó un conversatorio con una investigación sobre cómo aparecían las enfermeras y los enfermeros a ojos de la prensa, documentando algunos casos de esos llamados “rojos” que sí abundaban, pero que al exponerlos, entre quienes se dedican a esta noble profesión empezaron a aparecer expresiones de desencanto, porque esas notas, esos informes, no daban cuenta del trabajo ni reflejaban el sacrificio que a diario realizan para salvar vidas ni la ayuda que brindan a los pacientes.

Al frente, escuchaban al ponente explicar las imágenes estereotipadas que existen de la profesión, los casos de quejas por mala atención, la reducción sexista que se ha hecho de la imagen de la enfermera, algunos casos de negligencia y hasta de algunos crímenes.

Sin embargo, de entre las enfermeras que escuchaban esta conferencia, una de ellas levantó la mano, y al tomar la palabra, enfatizó que esa imagen que exponían de su trabajo era injusta, pues recordó que en el sismo de 1985 en la Ciudad de México, muchas enfermeras ayudaron a atender a los miles de heridos e incluso, con sus propias manos, ayudaron en las jornadas para rescatar de los escombros a personas atrapadas.

Otra más se unió y dijo que tenían que hacer milagros con el poco material de trabajo que les daban, ya que a veces no tenían los insumos para realizar su labor. Una más aseguró que a los medios se nos escapaba las peripecias y los peligros que sortean las enfermeras cuando participan en las jornadas nacionales de vacunación, pues se adentran en lugares remotos, por veredas, montañas, ríos y esquivando perros, para llevar la vacuna a los niños que más lo necesitan.

Con estas reflexiones, pidieron al ponente que se echara luz sobre esa parte de su trabajo, y no se quedara solamente la imagen injusta de algunos malos elementos, que existen en todo gremio.

Años después, el país se conmocionó por el estallido de una pipa de gas en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, en la Ciudad de México, pero también conoció la historia de tres héroes que dieron la vida para salvar la de los niños recién nacidos que peligraron con esa explosión: Mónica Orta Ramírez, Ana Lilia Gutiérrez Ledesma y Jorge Luis Tinoco Muñoz, así como la sobreviviente Reina Casas Medina, todos ellos personal de enfermería de ese hospital que a la fecha, no ha sido reconstruido como prometieron autoridades.

Estas historias recientes de heroísmo de las enfermeras no son las únicas, apenas el año pasado, con otro temblor que cimbró al centro y sur del país el 8 de septiembre, entre las muchas imágenes que desfilaron sobre esta catástrofe, llamó la atención una de este gremio: en medio del miedo y con el agravamiento del terremoto, un grupo de enfermeras del Hospital Gustavo A. Rovirosa, de Villahermosa, Tabasco, que estaban en la sala de cuidados neonatales, se tomaron de las manos para rezar y aunque la sacudida apagó las luces, nunca abandonaron a los recién nacidos que se encontraban en la sala.

Mismo caso lo vivieron enfermeras y personal medico del área de neonatología, del Hospital La Raza del IMSS, y como éstas, hay otras historias de mucho compromiso que aún nos falta conocer.

En Hidalgo, empoderan a enfermeras

En Hidalgo, Rosalba López Ortega, encargada de la Dirección de Enfermería de la Secretaría de Salud y con 15 años de experiencia como enfermera, recordó que el secretario de Salud del estado, Marco Antonio Escamilla, cuando la invitó a trabajar, notó ese impulso que se le quiere dar al gremio de la enfermería.

El hecho de que él nos mencione que quiere empoderar a las enfermeras, para mi es algo nuevo, porque nunca lo habíamos vivido, que a un secretario de salud le interesara empoderar a las enfermeras”.

Consideró que las enfermeras tienen capacidad para hacer muchísimas cosas, pero si les falta ese empuje y reconocimiento para que ellas puedan hacer ese trabajo.

En Hidalgo, el personal de enfermería es la plantilla más grande de la Secretaría de Salud, “somos 3 mil 397 enfermeras, de las cuales mujeres son 3 mil 117 y hombres son 254, al ser la plantilla más grande de la SSH, la verdad es un reto dirigir a todo el personal a través de los 16 hospitales y 17 jurisdicciones, en cada hospital hay una jefa de enfermeras y en cada jurisdicción una jefa jurisdiccional”.

Indicó que a nivel nacional, la Comisión Permanente de Enfermeras, que es cuerpo colegiado asesor de la Secretaría de Salud, trabaja fuertemente en impulsar un nuevo programa que es empoderar a las enfermeras en el primer nivel de atención.

Cabe mencionar que la Comisión Permanente de Enfermeras, tiene por objeto conducir y analizar las acciones y actividades que se emprenden en materia de enfermería en el país, a fin de contribuir al mejoramiento de la calidad y eficiencia de los servicios de atención a la salud.

Como parte de ese empoderamiento, López Ortega recordó que desde el año 2002 la Organización Mundial de la Salud publicó que las enfermeras ya pueden recetar, “nosotros no podemos decir ya, que receten desde el año 2002, hubo una modificación en el año 2017, donde nos dijeron, ‘ya vamos a iniciar, en la Comisión Permanente de Enfermeras vamos a iniciar’”.

¿Y cómo vamos a iniciar? dándoles un curso, donde les vamos a explicar qué medicamentos del cuadro básico pueden recetar, ya estamos trabajando en eso en el estado de Hidalgo, se están capacitando a todas las enfermeras en ese cuadro básico de medicamentos, para que ellas puedan recetar, obviamente en donde no hay médico”.

El lineamiento es muy claro, donde no hay médico, ahora las licenciadas en enfermería y obstetricia y la pasante en enfermería en servicio social de esta licenciatura en enfermería, podrán emitir recetas, “eso es un logro, es un avance, la enfermera ya va a estar pudiendo recetar a los pacientes y los vamos a estar haciendo en la comunidad donde hace más falta”.

Y es que a veces la enfermera llega a las comunidades cuando el médico no lo hace, por eso, este empoderamiento implica además de recetar, que se vaya a realizar un proyecto del Centro de Equidad de Género y Salud Reproductiva, del ámbito nacional, donde se quiere que las licenciadas en Enfermería y Obstetricia, puedan estar atendiendo partos y que sean las profesionales encargadas de atender los partos, “eso también lo vamos a estar trabajando a partir de este año en el estado de Hidalgo”.

Queremos iniciar dando pasos firmes, primero el control prenatal, no vamos a llegar ya a atender partos, vamos a ir paso a paso, lo primero es que inicien con el control prenatal, que vayan ganando la confianza de la gente, porque ya hemos visto en otros estados como Tlaxcala, Puebla, Estado de México donde las enfermeras atienden partos, y en algunos casos, como en el Estado de México, tienen cero muerte materna las enfermeras”.

Aseguró que está comprobado que cuando las enfermeras se empoderan en el área de partería, es benéfico para las mujeres, porque se tiene cero muerte materna donde intervienen enfermeras, ejemplificando con la región de Atlacomulco, donde la maternidad que es atendida al 100 por ciento por enfermeras, tienen cero materna, “en Hidalgo lo que queremos hacer es ir poco a poco, que lo que sea de bajo riesgo lo atiendan ellas, si ya es mediano o alto riesgo, que lo refieran a un hospital, para que no tengamos problemas”.

Todos Somos Pacientes

Por otro lado, para sensibilizar a las enfermeras en el trato con el paciente, se puso en marcha la estrategia Todos Somos Pacientes que está enfocada al personal de salud, “está enfocado a que nosotros como prestadores de servicio demos una buena atención a los pacientes”.

Hemos tratado de platicar con las enfermeras y hacerles ver que es importante que nosotros tratemos bien al paciente”.

Recordó que hace 3 años se hizo una encuesta donde se preguntaba a las enfermeras qué necesitan para sentirse bien y a gusto en su trabajo. Se les preguntó si necesitaban más pago, un reconocimiento, entre otras cosas.

El resultado fue que ellas necesitan que las reconozcan, un porcentaje muy bajo dijo que necesitaba que le paguen un poco más, pero la mayoría lo que quiere es el reconocimiento. Que yo, como jefa de enfermeras, le reconozca que está haciendo bien su trabajo, que como jefe jurisdiccional, como director de la unidad le reconozca a la enfermera que está haciendo bien su trabajo”.

Por ello, López Ortega mencionó que trabajan en el reconocimiento a las enfermeras que trabajan bien, pues si notan que en un Centro de Salud las enfermeras no tienen reportes de maltrato, que entre las mismas compañeras se destaca que alguna trata bien a los pacientes, se les hace llegar un reconocimiento, “eso hemos notado que sí ha impactado en la atención del paciente”.

Así que las enfermeras se motivan al ver que el buen trato tiene reconocimiento, y mejoran el trato al paciente para hacerse acreedoras a esta distinción.

Interrogada sobre cómo los pacientes pueden ayudar a su enfermera, al haber toda clase de pacientes y ser la profesional de la salud que más tiempo pasa al lado de ellos, pues está 100 por ciento con el paciente, compartió que las enfermeras están todo el tiempo saturadas de trabajo, al tener muchas actividades.

A veces es difícil que si ya tuvo 30 consultas, una enfermera todavía esté sonriente después de que tiene que hacer notas, que tiene que ir por expedientes, que tiene que hacer mil actividades, dar pláticas, eso nos queda claro, la demanda es muy alta, el personal no alcanza para cubrir todas las necesidades que se tienen en el área de enfermería y sí es muchísimo trabajo y hay pacientes que a veces no lo saben”.

No obstante, dijo que los pacientes sí lo entienden, pues el secretario de Salud les dice eso en sus discursos, “si ustedes le explican al paciente, el paciente te entiende. Pero si tú ni siquiera le hablas y vas y vienes, y ni siquiera le dices permítame, en un momento lo atiendo. Él va a entender que estás ocupada y que ya le dijiste que en un momento lo atiendes. Pero si entras y sales mil veces y no le haces caso, en un momento el paciente se molesta y tiene razón, porque nadie le explicó, porque no se siente atendido”.

Así que hay que tender esos puentes entre enfermeras y pacientes, para que sientan que son tomados en cuenta los pacientes y que las enfermeras sientan que entienden su trabajo.

Comprometidas, en un trabajo con riesgos

Al preguntarle con qué lidian las enfermeras en campo, López Ortega reconoció que es un trabajo difícil, por lo que las autoridades de salud tienen que darles las cosas que las enfermeras necesitan, de lo contrario, sino tienen el insumo o las hojas de registros, para ellas es difícil hacer sus tareas.

Pero hay personal tan comprometido, que de verdad me quedo admirada, cuando vamos a supervisar campo, nos dicen: ‘no había copias, pero ya nos cooperamos y entre todos sacamos las copias’, cuando sabemos que no es su obligación y eso habla de que están comprometidas con su trabajo”.

Pero no sólo eso, sino que las enfermeras a veces se quedan más tiempo para desahogar a sus pacientes, además entregan información cuando a veces no les da tiempo por estar atendiendo, se quedan más tiempo de su horario de trabajo, cuando a nadie se le paga horas extras, “su jornada laboral y nada más”.

Así que si tienen trabajo pero hay información que entregar en los Centros de Salud, se quedan, mientras que en los Hospitales, cuando acuden a supervisión, lo que han encontrado es que las enfermeras cubren hasta dos lugares, cuando el personal faltó o por incidencias no programadas, “y ellas ven la forma de cómo organizarse y cubrir dos servicios, o que la supervisora tiene que ubicarse en un servicio porque le faltó personal, se ubica, hay esa disponibilidad de la gente, para poder atender y sacar el turno”.

Así puede ocurrir también con las enfermeras que se encuentran en el área donde se procesa material y deben dejarlo para cubrir urgencias, “hay esa disponibilidad para trabajar”.

Esa disponibilidad sorprendió a la propia jefa de enfermeras del estado, cuando se presentaron los pasados sismos, ya que tras el terremoto, del estado de Morelos solicitaron a Hidalgo enfermeras quirúrgicas y circulantes para ir a apoyar, “yo pensé: quién se va a querer ir sin pago, sin horario, sin ninguna protección, aunque de recursos me dijeron no se preocupe, nosotros estamos a cargo y está salvado, porque salieron 3 AM y no tenían hora de regreso”.

Mandé mensaje a mis grupos, necesitaba 3 quirúrgicas y 3 circulantes, sólo 6, ¿sabe cuántas querían ir? Eran aproximadamente 40 que querían irse. No es posible que yo haya pensado que no iban a querer. 40 querían ir, son las tres de la mañana y que en dónde se presentan, me dijeron”.

Las enfermeras no están exentas de tener riesgos en su trabajo, lo cual reconoce López Ortega, y señala que tienen medidas de seguridad, “un ejemplo es un paciente con VIH, yo tengo que tener todas las medidas de seguridad para no punzionarme cuando a la mejor estoy localizando un acceso venoso, tengo que usar mis guantes, aunque lo debería hacer con todos los pacientes, porque es seguridad de la enfermera”.

Y es que las enfermeras deben pensar en su seguridad, porque si no están bien ¿Cómo van a atender a sus pacientes?

Y es que el trabajo de las enfermeras también es ir a campo en las jornadas de vacunación, ya que incluso también participan de las jornadas antirrábicas, y donde los perros no los sujeten bien, se voltean y las muerden.

Además, en campañas y brigadas de salud deben adentrarse en lugares que pueden ser inseguros, problema que no tenían antes, y que no era tan fuerte, por lo cual las enfermeras y el personal pueden correr riesgo y no pueden andar nada más así, por lo cual se han adoptado otras estrategias para cubrir esos lugares.

Pero también hay pacientes que las pueden magullar, como las mujeres en trabajo de parto, ya que al atenderlas, el dolor que sienten es muy fuerte en el trabajo de parto y la paciente puede sujetar, rasguñar o morder, “pues es un reflejo, no es que la paciente te quiera lesionar, es un reflejo del dolor que está sintiendo, y si tú estás cerca de ella, sí ha pasado que de repente las muerden, las rasguñan”.

Yo trabajé 15 años en el Hospital Obstétrico de Pachuca y sí me tocó ver a compañeras que las pateaban en el trabajo de parto, es parte de nuestro trabajo”.

Una profesión que avanza

Acerca de la preparación de las enfermeras, López Ortega comparte que eso va muy bien, porque el personal de enfermería ha ido avanzando, ya que el personal de enfermeras era de nivel técnico en un 85 por ciento, y solo el 15 por ciento tenía nivel licenciatura.

El día de hoy ya tenemos las licenciadas en Enfermería y Obstetricia, licenciadas en enfermería con especialidad y maestría, ya tenemos el 58 por ciento, de hecho auxiliares de enfermería ya solo tenemos el 10 por ciento”.

Poco a poco el personal avanza hacia la profesionalización, detalló López Ortega, ya que además de la licenciatura, hay maestría, posgrado y doctorado en enfermería, “el profesional de enfermería ha crecido a pasos agigantados”.

Ahora trabajamos a través de guías de práctica clínica, y a través de modelos de enfermería y estamos trabajando con enfermería basada en evidencia”.

López Ortega es maestra en enfermería, y comenta que ya hay dos enfermeras en Hidalgo con doctorado, lo que habla del avance de la carrera y su profesionalización.

La profesionalización de las enfermeras ha traído aparejado logros en lo económico y la profesionalización.

En los centros de salud de Hidalgo, las enfermeras tienen la misión de hacer la promoción y prevención en salud, para no permitir que los pacientes lleguen a un segundo nivel de atención, donde exhortan a practicar hábitos saludables de vida, alimentación y vacunación entre la población, que no siempre atiende los consejos.

López Ortega, quien comanda a las 3 mil 397 enfermeras de la SSH, reflexiona sobre el papel de las enfermeras, “siempre les digo a las enfermeras que tenemos que sentirnos orgullosas, siempre les digo: siéntanse orgullosas de ser enfermeras, trabajen con esmero, dedicación, con entusiasmo”.

Yo entiendo que venimos de casa, traemos algunos problemas, pero hacerlo con entusiasmo, con amor, voy a hacer mi trabajo, porque en primer lugar tengo trabajo, nosotras somos privilegiadas, ganamos un buen sueldo y debemos de sentirnos contentas de tener nuestro trabajo y hacerlo bien, siempre deben sentirse muy orgullosas”.

Y a la sociedad, le exhortó a que aprovechen al máximo el recurso que se tiene de enfermería,

“Hay enfermeras tan comprometidas que no las aprovechamos, no les preguntamos, que vean cómo les pueden apoyar, aprovechen al personal de enfermería, que es muy valioso y muy preparado”.