El Señor de las Maravillas volvió a hacer el milagro de reunir, del miércoles 14 al lunes 19 de los corrientes, por lo menos a unas 300 mil personas que congestionaron el municipio de El Arenal para venerarle.

Una fiesta popular que este año se observó mucho más ordenada, pese a la elevada afluencia, especialmente en el cruce de peatones y automovilistas por ese tramo de la carretera Pachuca-Actopan.

La nutrida afluencia de visitantes se hizo evidente desde la carretera, al observarse la doble y hasta triple filas de autobuses de pasajeros varados a un costado de la carretera, las que se extendían a lo largo de unos dos kilómetros.

En esta ocasión la Feria del Arenal, cuya fama trasciende fronteras, resultó tan concurrida como ocurre año con año, cuando miles y miles de personas caminaron trabajosamente buscando llegar, al menos, al atrio de la iglesia.

Cientos de comerciantes se disputaron los pocos espacios disponibles, porque la venta de artesanías se multiplicó con la participación de artesanos de las distintas regiones de Hidalgo, de Puebla, Tlaxcala, Veracruz y el Estado de México.

La venta resultó especialmente atractiva para quienes se instalaron a un costado de la carretera Pachuca-Actopan, en donde lo mismo se vendieron artesanías en barro que sombreros de paja, neumáticos, anticongelante o bloqueadores solares, que tacos, tamales y atole.

Esquivando los automotores, sobre la cinta asfáltica, no faltaron tampoco los vendedores de cocoles y pan artesanal, a los que se sumaron los de botellas con agua frías, jugos de naranja en bolsas de plástico o fruta.

Los viajeros que dirigían sus pasos a la zona de balnearios, en Ixmiquilpan, y que desconocían de la fiesta del Señor de las Maravillas, les asombró la afluencia tan grande de visitantes en la zona.

Llamó la atención de quienes transitaron por el lugar el pasado fin de semana, y lo han hecho en ocasiones anteriores cuando se celebra esta feria, que la instalación de malla ciclónica a lo largo del camellón de la carretera, además de un grueso tope, permitió el cruce ordenado de peatones por la cinta asfáltica.

Este orden permitió un cruce más rápido por este tramo de la carretera, que si bien se dio a baja velocidad no ameritó, como en años anteriores, hacer alto total en repetidas ocasiones, llegando a tomar el cruce hasta entre una y dos horas.

Visitaron al Señor de las Maravillas familias procedentes del estado de Hidalgo, pero también algunas de estados vecinos y entidades tan lejanas como Tamaulipas, Nuevo León, Sinaloa, Sonora, Oaxaca y Jalisco, se conoció.