Somos tres, en Hidalgo, las especialistas en género y comunicación, género y periodismo egresadas del Instituto Internacional de Periodismo “José Martí” de La Habana, Cuba, Tania Meza, Carmen Campos y yo.

Así que cuando es necesario mirar con las gafas violetas una campaña, sea institucional o privada, acuden a nosotras para asesorarles, con mayor razón cuando se trata de prevenir la violencia contra mujeres y niñas.

No es que nos guste hacer sufrir a las y los que se quiebran la cabeza pensando cómo comunicar mejor éste delicado tema, es que si no somos muy cuidadosas en lo que se dice y como se dice se pueden producir contra mensajes.

Hace varios años iniciamos una dinámica con el personal de la Dirección de Imagen del gobierno de Hidalgo, que conduce mi amigo Gustavo Torres, precisamente para evitar los contra mensajes, no niego que nos costó trabajo ponernos de acuerdo, pero lo hicimos, privó el respeto.

Les regresamos campañas una y otra vez, hasta que quedaron libres de violencia simbólica contra las mujeres. Déjenme comentarles que es precisamente la violencia simbólica una de las más difíciles de reconocer, porque se da de una manera suave, en escenarios ideales, no hay gritos, no hay golpes, no hay sangre, pero es igualmente perniciosa para mujeres y niñas.

Por supuesto se requiere de ojos muy bien entrenados para ubicarla y descartarla.

No pretendo desalentar la voluntad de una gran empresa como el  Pachuca, de manifestarse en contra de la violencia de género,  pero si lo va a hacer, ¡que lo haga bien!

Ya comentaba yo la semana pasada, que de inicio mezclaron dos campañas hechas en el 2006, ¡de hace 12 años!, es decir que algunas de las técnicas de denuncia que se usaban en aquella época, ahora son obsoletas, ¡vamos hemos caminado el camino y seguimos andándolo!

Precisamente la semana pasada en Nueva York, el gobierno mexicano y la Alianza Global sobre Medios y Género (GAMAG), concluyeron que la violencia simbólica contra las mujeres en los medios de comunicación, sigue siendo un desafío completo para la humanidad.

Ahí la Directora General del Instituto Nacional de las Mujeres, Lorena Cruz, señaló que es fundamental contar con medios de comunicación aliados con las mujeres para eliminar la apología de la violencia de la que tanto echan mano.

Incluso la antropóloga feminista Rita Segato, habla de una pedagogía de la crueldad cuando se usa la apología de la violencia para pretender terminar con ella, lo que se logra es exactamente lo contrario.

La campaña del Pachuca, hace apología de la violencia porque está basada en una campaña de hace 12 años, más bien muestra cómo violentar a las mujeres.

Por otra parte, ¿quién es realmente el Pachuca?, la empresa en contra de la violencia de género o la que tuvo entre su personal a un maestro abusador sexual, ¿quién es la verdadera cara del Pachuca?, la de las y los futbolistas que aparecen en los mensajes o la de Andrés Fassi o Jesús Martínez, amenazando de muerte a los árbitros porque su equipo no sacó adelante un partido, una total incongruencia.

¿Cómo le podemos creer ahora al Pachuca?

Otra pregunta ¿estarán conscientes las y los jugadores que aparecen en la campaña, del compromiso que adquirieron en contra de la violencia?, ¡que la sociedad se los demande!

 

 

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