Una vez que conocimos la lista de personas que postula el PRI para integrar la Cámara de Senadores y Diputados por el principio de representación proporcional (plurinominales); existen sobradas razones para que, Gerardo Ruiz Esparza y Rosario Robles Berlanga, estén preocupados.

Estos dos funcionarios federales se han visto envueltos en casos de corrupción, desvío de recursos, favoritismo en la asignación de contratos, opacidad en la licitación de obras, entre otros.

Algunos de sus compañeros (funcionarios federales también) corrieron con mayor suerte y alcanzaron alguna nominación que de les permitirá gozar de fuero constitucional. Pero, Robles y Ruiz se quedaron al margen.

Lo anterior, sería una mera anécdota si el candidato a la presidencia por su partido (PRI) ocupara un mejor sitio en la competencia. Pero, por el contrario, su correligionario, José Antonio Meade, no parece avanzar en las preferencias. Por tal motivo se vuelve una hipótesis razonada que para levantar esa campaña se tengan que sacrificar algunas piezas del tablero político.

Si el escenario cabe, lo más seguro es que Rosario Robles y Gerardo Ruiz, tendrán que visitar los tribunales para explicar muchos asuntos pendientes. Por ejemplo, desde tiempos remotos Robles, ha estado ligada a los malos usos con el dinero público. Para no ir muy lejos, su reciente responsabilidad en lo que los medios llamaron “la estafa maestra”.

Ni más ni menos, en el caso señalado, Robles es señalada por la Auditoria Superior de la Federación (ASF) por el desvío de recursos que ascienden a mil 311 millones de pesos, a través de pagos realizados a empresas fantasmas por parte de la Sedesol y la Sedatu durante su gestión.

Pero, Ruiz Esparza tampoco se escapa al escrutinio de sus funciones. A este funcionario se le han detectado obras a sobrecosto, mal elaboradas y asignadas a constructoras muy cercanas al presidente Peña Nieto.

Por ejemplo, la licitación del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro tuvo un costo final de 50 mil 820 millones de pesos, 27% más caro que el presupuesto original (42 mil millones). El resultado de esa licitación se dio a conocer el 3 de noviembre de 2014 y el ganador fue el consorcio formado por las empresas China Railway Construction Corporation, China Railway Construction Corporation International y CSR Corporation Limited, asociadas con cuatro empresas mexicanas: Constructora y Edificadora GIA, dirigida por Hipólito Gerard, cuñado del expresidente Carlos Salinas de Gortari; Prodemex, de Olegario Vázquez Aldir, y Constructora Teya, filial de Grupo Higa, de Juan Armando Hinojosa Cantú, el amigo del presidente Enrique Peña Nieto.

Con esos antecedentes y considerando que al PRI le urge una estrategia más agresiva para situarse en un lugar competitivo y así alcanzar la presidencia de México; es casi seguro que Rosario y Gerardo, serán sacrificados políticamente en aras de un bien mayor. Dicha movida tendrá la apariencia de combatir la corrupción (de manera simulada) por este gobierno que ha tenido como marca de la casa ese lacerante problema.

 

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