En nuestra sociedad, la familia y el trabajo, conocemos, compartimos y tratamos con personas adultas mayores, quienes se encuentran dotadas de experiencia y sabiduría. La edad adulta, es una etapa más en la vida y en ella se deben gozar íntegramente los derechos humanos que le asisten; por ello, es de suma importancia que las y los adultos mayores conozcan cada uno de sus derechos, para que no permitan que éstos se vulneren o transgredan, dado que el ignorarlos o desconocerlos les impedirá el disfrute pleno de una mejor calidad de vida.

Así también, es deber de todas y todos conocer esos derechos humanos que pueden estar estipulados en el Derecho Internacional, la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos y  en las leyes o normas  que de ella emanan, por ejemplo: el derecho que tienen las y los adultos mayores a no ser discriminados, a  recibir apoyo de las instituciones creadas para su atención, a expresar su opinión con libertad y participar en el ámbito familiar y social, a recibir orientación y capacitación respecto de su salud, a  vivir en lugares seguros, dignos y decorosos en los que puedan satisfacer sus necesidades o el derecho a ser tratados con dignidad y respeto por sus familiares, por lo tanto, su vida debe estar libre de violencia en todos los aspectos, por lo que todos y todas, desde nuestro entorno, debemos asumir una responsabilidad para efectuar una ardua tarea que permita promover, respetar y difundir los derechos de este grupo vulnerable.

Cabe destacar que en el Estado de Hidalgo, a través del Instituto del Adulto Mayor, las “Casas de día” y de organismos como la Comisión de Derechos Humanos del Estado, se promueve el respeto a los derecho humanos de las y los adultos mayores, así mismo, se han desarrollado acciones que les permiten gozar de la atención necesaria y suficiente, para procurar y lograr el desarrollo humano de este sector de la población, en la cual se confiere una visión incluyente, otorgándoles actividades productivas, remunerativas, con oportunidades que les permiten alcanzar un desarrollo y crecimiento a fin de fortalecer la protección de todos sus derechos, consolidar su calidad de vida; por ello, es tan necesario que la población en general y específicamente los adultos mayores conozcan sus derechos, así como que las instituciones garanticen, promuevan y defiendan los derechos de estas personas.

Por otro lado, es común ver a adultos mayores incansables, emprendedores, trabajadores, con energía y ganas de vivir, con inquietud por la cultura, tecnología o el deporte, con el ánimo y entusiasmo de aprender, de ser felices y disfrutar dignamente de todos sus derechos; sin embargo, también vemos a personas adultas mayores a quienes se les han menoscabado esos derechos, víctimas de violencia por el olvido, el abandono, la violencia patrimonial, enfermedad, discriminación, a muchos a quienes el propio núcleo familiar les han negado el respeto.

Por ello debemos hacer hincapié en que  la ancianidad no es un obstáculo para gozar libre, integra y plenamente de los derechos, ya que esta etapa como todas en la vida, debe disfrutarse enteramente. También es de vital importancia contemplar que como sociedad desarrollamos un papel importante para otorgar el reconocimiento a las aportaciones que los adultos mayores han efectuado a través de sus conocimientos, trabajo, dedicación, enseñanza y experiencia.

En ese sentido y para finalizar, debemos comentar que los integrantes de las nuevas generaciones, debemos ocuparnos y preocuparnos en este tema y desde el núcleo familiar fortalecer los valores para lograr el respeto, amor, escucha, cuidados y protección a este sector de la población, para que nuestra sociedad sea justa y así  impedir que sus derechos se trasgredan, restrinjan o menoscaben.

El viejo no puede hacer lo que hace un joven; pero lo que hace es mejor”,

Cicerón

 

 

Lic. Maribel Olguín Juárez

Visitadora Adjunta B de Tula de Allende