La Semana Santa ya no es lo mismo que fuera antes…”, “Hace 40 años no se cocinaba toda la semana, nos bañaban el domingo de ramos para ir a misa y no volvíamos a bañarnos hasta el sábado de Gloria; no se limpiaba la casa y solo se lavaban los platos, no podíamos jugar, gritar ni pelear, y sólo mirábamos en la tele películas de Jesucristo en blanco y negro; si salíamos, era solo a la iglesia”, recuerda Elsa Hernández, quien creciera en el barrio El Mirador.

Es un gusto para ella recordar “aquellos tiempos de Semana Santa”, y compararlos con los actuales, “cuando mi nieto ve la tele todo el día o juega con el celular, grita, llora, se enoja, lo llevan a comer hamburguesas, al cine y unos días a la playa. En la iglesia ya ni se paran”.

Recuerda la ahora abuela, que siendo niña la Semana Santa era una temporada rica en tradiciones: “mi mamá cocinaba desde el fin de semana antes, los charales con nopales en salsa verde, los habas con nopales, lentejas, las tortitas de papa con atún, las sardinas capeadas en salsa verde, mucho arroz y muchos frijoles… solo para calentar”.

Las cazuelas con comida se guardaban “bajo la mesa, bien tapadas, pues no teníamos refrigerador, y milagrosamente la comida no se echaba a perder”.