Los “gastos hormiga” al emprender un paseo o tomar unos días de descanso, como compra de botellas de agua o refrescos, frituras embolsadas, chocolates, revistas, paradas a comer no previstas, “recueditos”, y no reservar con anticipación servicios de transporte, hotel, alimentación o revisión del auto, pueden originar que el costo del asueto se triplique o hasta más.

Aprender a viajar no solo conlleva el analizar paquetes que incluyan transporte, hospedaje, alimentación, entrada a sitios de interés turístico y propinas, lo que permite calcular un costo aproximado del viaje, sino también el evitar gastos imprevistos que se hacen más visibles al llegar el estado de cuenta o sumar las disposiciones en efectivo realizadas durante el viaje, alerta la financiera Provident, compañía líder en préstamos personales en México.