Por: Dr. Mario Alberto Velázquez García

Los Centros históricos son una pieza fundamental en el desarrollo cultura, social y económicos de las ciudades, especialmente en aquellas que figuran como la capital de una delimitación política como los estados.

En el caso de México, el renacimiento en la actividad productiva de los centros históricos ha sido una estrategia prioritaria para los gobiernos de la Ciudad de México, Puebla y Querétaro, entre otras. Esta recuperación ha sido impulsada, principalmente, por las actividades de servicios, destacando de una manera notable, las relacionadas al turismo: hotelería, restaurantes, bares y museos entre otras.

La recuperación de las actividades productivas en los centros históricos genera una regeneración no únicamente en término de empleos, sino una mejora de la infraestructura, rehabilitación de edificaciones con valor patrimonial y una mayor oferta cultural disponible tanto para los visitantes como para los residentes. En la economía actual, las mejoras de las zonas históricas de las ciudades sólo son posibles por la asociación entre gobierno, empresas y organizaciones civiles, quienes proporcionan tanto recursos financieros, como conocimiento, proyectos y emprendimientos productivos.

En el caso de Pachuca, existe en marcha un proyecto de rehabilitación del centro. Las obras más visibles han sido la rehabilitación de la Plaza Independencia (Reloj Monumental) y la calle Hidalgo. Paralela a esta acción gubernamental, existe una serie de emprendimientos empresariales que están reviviendo el centro de la ciudad.

Me refiero a una serie de restaurantes y cafeterías que se han concentrado alrededor del Parque Hidalgo: Coffe Park, Puerta Niebla Café, La Casa del Parque, El Serranillo, Machin Pizza & Bistro, Los Sabores de Hidalgo, Sotero Cocina de Oficio, Orient Express Café, La Quinta Avenida; Menú & Buffet, Pastes Guerrero, Little Waffle Street, DeliCafe, por mencionar algunos.

En su gran mayoría estos negocios se distinguen no sólo intentar ofrecer una serie de bebidas y comidas de calidad, sino por crear un espacio confortable donde los clientes se sientan cómodos y rodeados de una atmósfera particular.

En otras palabras, este corredor de restaurantes significa la llegada a Pachuca de la “economía de la experiencia”; es decir, un modelo de negocios que busca no únicamente vender un producto, sino generar toda una vivencia alrededor del consumo de los bienes que ofrece. De tal manera que la gente no acuda únicamente por la calidad de sus comidas, sino porque pueden sentarse en una silla confortable, estar rodeados de obras de arte, escuchar música agradable o comer un tipo particular de comida no disponible en ningún otro lugar.

Este corredor de restaurantes no sólo es aprovechado por la gente que cotidianamente labora en esta zona de la ciudad, sino también por personas que han comenzado a acudir los fines de semana o simplemente como un punto de reunión vespertino después del trabajo.

Esto representa una buena noticia para el centro histórico de Pachuca que comienza de esta forma a ser reutilizado por distintos grupos sociales para actividades recreativas.

La presencia en esta zona del Museo de la Fotografía y del Cuartel del Arte refuerzan la idea de que, alrededor del parque Hidalgo, Pachuca está construyendo un importante corredor cultural-gastronómico.