Más de 149 mil productores de leche están a punto de recibir el “tiro de gracia” ante la pretensión de elevar aún más la importación de leche, leche deshidratada y suelos lácteos, que actualmente suma 17 millones diarios de leche y representa el 52% del consumo nacional, con la firma, a través del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP por sus siglas en inglés).

Si continúa esa misma tendencia, de preferir el producto importado en lugar del nacional, la firma del TPP constituirá el tiro de gracia para más de 149 mil productores, de los cuales dependen más de 150 mil personas en forma directa, y unos 300 empleos indirectos más”, afirmó el líder del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González Muñoz.

Lo anterior, al sumarse a las importaciones que se hacen de Estados Unidos, compra de lácteos de Europa y Oceanía.

De acuerdo al representante lechero, oídos sordos han prestado las autoridades de Salud y Economía a los llamados de los productores nacionales de leche, para que frenen la creciente importación de lácteos y derivados lácteos, que han enriquecido a la industria lechera, a las grandes envasadoras, a costa del empobrecimiento y desaparición de los criadores de ganado lechero, lo que seguramente se agravará con el nuevo acuerdo comercial internacional.

El productor, de origen hidalguense, hizo un llamado a las autoridades a frenar la destrucción “de lo poco que queda de la producción nacional de leche”, abatidos por el comercio de productos “supuestamente de leche”, como leche, queso o yogur, pese a que su elaboración se realiza con sueros, harinas y grasas vegetales.

La facilidad que otorgan las autoridades mexicanas para que una élite de empresas envasadoras de leche “comercialicen como lácteos lo que no son lácteos”, ha originado que de 1993 a la fecha, la importación de sueros lácteos, leche sin crema y otros sustitutos de leche pasaran de 28 mil toneladas, a 82 mil toneladas; de quesos se importaban entonces 14.9 mil toneladas y hoy se importan 121 mil 200 toneladas.

Destacó además los volúmenes de importación de las industrias de leche descremada en polvo,  que en 2017 fueron los más altos en la historia de México, al importar el equivalente a 4 mil millones de litros, a un precio promedio de 3.20 pesos litro, lo que les represento a los procesadores en México ganancias de 25 mil millones de pesos en el año.

Esta situación propicia que la industria lechera condicione a los productores nacionales por lo consiguiente condicionan a los productores a comprarles su leche a un precio por debajo del costo de producción, que supera los 7.30 litro, y pagarlo a 6.07 pesos el litro.

Además, la importación de 17 millones de litros diarios de lácteos desplaza 96 mil empleos directos en México.